El doctor Anthony Fauci anunció el lunes su retiro definitivo del servicio público, luego de más de tres décadas sirviendo como el mayor asesor en salud de los presidentes de Estados Unidos. Su salida del cargo se haría efectiva en diciembre de este año, en lo que el médico indicó como “un nuevo capítulo” en su vida.
Su renuncia sería a tres cargos a la vez: la dirección del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, la jefatura del Laboratorio de Inmunoregulación de aquella institución, y su cargo como asesor médico jefe del Presidente.
En un comunicado, el Presidente Joe Biden agradeció el trabajo del doctor Fauci, a quien llamó “un servidor público dedicado, y una mano firme con sabiduría y perspicacia”. Ya durante el gobierno del mandatario Barack Obama, tanto Biden como Fauci habían trabajado juntos, en momentos en que se produjo el brote global del virus Zika, y Biden era vicepresidente. “Gracias a las muchas contribuciones del doctor Fauci a la salud pública, vidas acá en Estados Unidos, y alrededor del mundo, se salvaron”, aseguró el demócrata.
A sus 81 años, el anuncio del doctor Fauci no era del todo inesperado, y ya desde hace unos meses se venía especulando respecto a su retiro. En una entrevista en la noche del domingo, aseguró que no se retiraría “en el sentido clásico” de la palabra, pero que se dedicaría a viajar, escribir y motivar a los jóvenes para que entrasen en el servicio público.
“Durante el tiempo que este sano, que lo estoy, y con energías, que las tengo, y mientras sea apasionado, que lo soy, quiero hacer cosas fuera del ámbito del gobierno federal”, explicó Fauci en la entrevista, agregando que quería usar su experiencia en salud pública para “inspirar a las generaciones más jóvenes”.
En el anuncio formal de su retiro, Fauci señaló que usaría los meses que le quedan como asesor para “continuar dando todo mi esfuerzo, pasión y compromiso en las responsabilidades que tengo”, además de ayudar a preparar al instituto para la transición a un nuevo liderazgo.
A pesar de casi 40 años como una figura respetada en la salud pública norteamericana, durante el gobierno de Donald Trump el doctor Fauci estuvo bajo los focos de los medios de comunicación. El mismo presidente llegó a especular con la idea de despedirlo como asesor, aunque algo así habría sido muy difícil, ya que el cargo de Fauci no es político sino técnico. Los sectores más conservadores de la política norteamericana vieron en el doctor Fauci un símbolo de las cuarentenas y las mascarillas, cosa a la que se opusieron ferozmente.
Ya desde el principio de la pandemia, en marzo de 2020, el asesor médico de la Casa Blanca tuvo que contradecir a Donald Trump, cuando este último indicó que le “encantaría tener al país abierto y listo para funcionar en Pascua”, o sea, el 12 de abril. En una entrevista a CNN, Fauci no dudó en afirmar: “Uno no impone los plazos, el virus impone los plazos”.
En ese contexto, Fauci también tuvo encontrones con el senador republicano Rand Paul, de Kentucky, que lo acusó públicamente de mentir respecto a una investigación que su instituto estaba financiando en China, donde el virus había emergido. En ese entonces, Fauci le respondió que “si hay alguien acá mintiendo, ese es usted, senador”. En miras a las elecciones de medio término, en noviembre de este año, tanto el senador Paul como otros parlamentarios republicanos han especulado con iniciar una investigación contra Fauci, en caso de ganar el control del Congreso.
Por eso mismo, se especulaba sobre el retiro a causa de esta posibilidad, pero el médico lo descartó, diciendo que “no tiene sentido”. Interrogado en entrevistas anteriores sobre por qué se había vuelto una figura tan polarizante, Fauci indicó que algunos de los asesores de Trump intentaron convencer al presidente de que todo lo que el médico decía era falso. “En vez de despedirme, intentaron desacreditarme. Si estás tratando de difundir mentiras, la persona que esté diciendo la verdad con base científica se vuelve tu adversario”, señaló el asesor.
Fauci cuenta con más de 50 años de servicio público como científico, habiendo ayudado al sistema sanitario norteamericano en distintas epidemias y amenazas con enfermedades contagiosas. En 1966 se graduó como doctor en Medicina en la Universidad Cornell.
Al respecto, el New York Times apunta: “pocos científicos han tenido un impacto tan largo y duradero en salud pública. El doctor Fauci entró a los Institutos Nacionales de Salud en 1968, cuando Lyndon Johnson era presidente, y fue nombrado director del área de enfermedades contagiosas en 1984, cuando la epidemia del sida requería toda la atención”.
Lucha contra el Sida
Su carrera sufrió un giro en junio de 1981, cuando leyó un documento que daba cuenta de la muerte de un paciente sano por una extraña neumonía que normalmente aparece en personas con cáncer. Luego llegó a sus manos otro reporte de otras 26 muertes. Todos los fallecidos eran hombres homosexuales.
En una entrevista para la BBC, Fauci contó: “Recuerdo haberlo leído muy claramente. Fue la primera vez en mi carrera médica que se me puso la piel de gallina. Ya no lo descarté como una curiosidad. Había algo muy mal aquí. Esto era realmente un nuevo microbio de algún tipo, actuando como una enfermedad de transmisión sexual”.
Fue así como dedicó su investigación a la regulación del sistema inmune, que ayudó a revelar cómo el virus del VIH destruye las defensas del cuerpo. No solo eso: dirigió los ensayos clínicos para el desarrollo del primer medicamento antirretroviral para tratar el sida.
El doctor Fauci ha sido asesor de todos los presidentes de Estados Unidos desde Ronald Reagan, con lo que se cuentan siete mandatarios en total. Uno de sus logros que más lo orgullece, contó en entrevistas, fue su trabajo con el presidente George W. Bush, al desarrollar un programa global para combatir el VIH, conocido como PEPFAR y que habría salvado un estimado de 21 millones de vidas. En 2008, el mismo presidente lo premio con la Medalla Presidencial de la Libertad.