Reconocido consultor político español y autor de libros como "Filopolítica" (2011) y "La transformación digital y móvil de la comunicación política" (2016), Antoni Gutiérrez-Rubí desmenuza en esta entrevista con La Tercera los efectos de las elecciones generales en España. Además de destacar la victoria del oficialista Partido Socialista Obrero Español (PSOE), atribuye el aumento de la participación al miedo a la irrupción de la ultraderecha.
El PSOE ganó las elecciones después de 11 años y logró la mayoría absoluta en el Senado. ¿Cómo ve esta victoria?
La victoria socialista es rotunda: casi dobla en escaños al Partido Popular (PP), consigue dos millones y 38 escaños más que en las elecciones pasadas, recupera la mayoría absoluta en el Senado, que estaba controlado por el PP desde 1996, tiene dos mayorías posibles de gobierno... El PSOE, aunque tiene mucho para festejar, no ha pasado la barrera del 30%, lo que pone en evidencia la fragmentación y consolidación del multipartidismo.
¿Mérito de Pedro Sánchez y reconocimiento a su gestión o temor de los españoles a la irrupción de la ultraderecha?
Creo que hay un poco de todo. Hay mérito de Sánchez en su lectura del escenario político y en su determinación para convocar elecciones. Hay, también, reconocimiento de su gestión, sobre todo por parte del electorado de izquierdas, que ha visto, después de 11 años de gobierno popular, como se han hecho cosas a su gusto. Y, por último, aunque no menos importante, miedo a la irrupción de la ultraderecha, seguramente una de las causas del aumento de la participación.
El PP sufrió una debacle y Ciudadanos quedó al borde del "sorpasso", como destacó la prensa local. ¿Ve una reconfiguración en la derecha, con Albert Rivera tomando el liderazgo de la oposición?
Es probable. Ya anunció que no pactará con el PSOE y que aspira a convertirse en el líder de la oposición. Tendrá que competir con un (Pablo) Casado abatido, con graves problemas dentro y fuera del Partido Popular, y con un (Santiago) Abascal (líder de VOX) que, aunque decidido a dar pelea dentro del Congreso, consiguió menos votos y escaños de los que pensaba. Habrá que ver si se mantiene la tendencia en las elecciones municipales y europeas de mayo.
VOX entró con fuerza en el Congreso, pero los medios dicen que la furia de la ultraderecha queda contenida en una "ruidosa minoría". ¿Comparte el análisis?
Una minoría, sí, pero no mínima. Logró más de 2,6 millones de votos. Fue el partido que más voto nuevo cosechó y es, después del PSOE y Ciudadanos (Cs), el que más creció en cantidad de escaños, de 0 a 24. Su irrupción, sin embargo, no altera mayorías ni provoca un vuelco electoral como habían anunciado algunas encuestas. Su éxito es importante, pero infructuoso.
Podemos cayó en diputados, pero Pablo Iglesias igual aspira a gobernar. ¿Esta elección marca el declive de la izquierda radical? ¿La alianza de gobierno natural debería ser PSOE, Podemos y las fuerzas autonómicas no independentistas?
"Nos hubiera gustado un resultado mejor", confesó Pablo Iglesias. Y eso que fue superior a lo que pronosticaban las encuestas y al que se esperaba una o dos semanas atrás. El buen desempeño de Iglesias en los dos debates amortiguó el golpe, así como la complementariedad estratégica entre Podemos (UP) y PSOE. Iglesias ha aprendido de los errores de sobreactuación y soberbia anteriores; ha perdido brillo y pasión militante, pero ha ganado solvencia e imagen pragmática. Los morados parecen haber entendido que es mejor la competencia virtuosa que la rivalidad fratricida del sorpasso que no fue y que hoy se ve tan lejano. En segunda vuelta de la sesión de investidura bastan más síes que noes. Por tanto, la suma del sí (PSOE+UP), frente a la suma del no (PP+Cs+VOX), y con el resto absteniéndose (los independentistas); Sánchez podría ser Presidente a finales de mayo y antes, quizás, de las elecciones municipales.
¿Qué significa para el movimiento independentista catalán el salto de Esquerra Republicana de Catalunya en las elecciones?
Lo primero que hay que destacar es la altísima participación en Cataluña (77,58%), 10 puntos más que en 2016. En este contexto, ERC se impuso con más de un millón de votos y casi un 25% de apoyo, y consiguió hacerse con el liderazgo del espacio, superando ampliamente al partido de Carles Puigdemont. Esta victoria pareciera ser el apoyo del electorado independentista a una política más moderada, más pragmática, más dialogante, diferente al estilo de Junts per Catalunya. Los independentistas, según parece, no tendrán más la llave de gobierno, pero han demostrado que nada se resuelve sin ellos.