Para el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se trató de un "día glorioso". En cambio, para el Presidente palestino, Mahmoud Abbas, fue una jornada en la que se cometió una "horrible masacre". Un marcado contraste que según el periodista del diario Haaretz, Chemi Shalev, es digno de la apertura inmortal de la novela Historia de dos ciudades de Charles Dickens: "Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación".
La represión del Ejército israelí contra las protestas en Gaza por el traslado de la embajada de EE.UU. de Tel Aviv a Jerusalén, justo el día en que se conmemoraba el 70º aniversario de la creación del Estado de Israel (según el calendario gregoriano), se saldó hoy con 58 palestinos muertos, siete de ellos menores, y más de 2.700 heridos, en una jornada en la que unas 40.000 personas participaron en la Gran Marcha del Retorno de Gaza, que se celebra desde el 30 de marzo en la frontera con Israel.
La jornada de inauguración de la embajada se transformó así en el día con el mayor número de palestinos muertos en una jornada desde la Operación Margen Protector en 2014, según destacó el diario hebreo Yediot Aharonot. Ello, a pesar de que el Presidente estadounidense, Donald Trump, ha asegurado que el traslado de su legación y el reconocimiento de Jerusalén como capital israelí "servirá para avanzar hacia la paz".
Las muertes provocaron llamados de Francia y Reino Unido para que Israel ejerza la mesura, mientras que el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que estaba "profundamente preocupado" por los eventos en Gaza. En tanto, Turquía calificó los hechos como "una masacre".
Pero la Casa Blanca no se unió a los llamados para que Israel modere su accionar y culpó directamente a Hamas, el movimiento islamista que controla Gaza, respaldando así a Netanyahu, quien describió las acciones del Ejército israelí como la "obligación que tiene cada país de defender sus fronteras". "La responsabilidad por estas muertes trágicas recae directamente en Hamas, que está intencional y cínicamente provocando esta respuesta y, como ha dicho el secretario de Estado (estadounidense, Mike Pompeo), Israel tiene derecho a defenderse", dijo el portavoz adjunto de la Casa Blanca, Raj Shah.
Junto con calificar lo ocurrido en Gaza como una "masacre", Abbas dijo que la embajada norteamericana es un "nuevo puesto de avanzada de la colonización" en Jerusalén Oriental, añadiendo que "Estados Unidos ya no es un mediador en Medio Oriente". Asimismo, el Presidente palestino declaró tres días de luto en los Territorios Palestinos y anunció una huelga general para este martes, día en que los palestinos conmemoran la "Nakba", la "catástrofe" (en árabe) que representa para ellos la creación del Estado de Israel.
Por su lado, en Gaza, uno de los responsables de Hamas, Khalil al-Hayya, advirtió que "Jerusalén es una línea roja" y que "continuarán la resistencia". "Las fuerzas de resistencia, en primer lugar Hamas y las brigadas Ezzedin al Qasam (brazo armado del movimiento islamista), no se quedarán calladas ante los crímenes" israelíes, señaló. El vicelíder de Hamas en Gaza pidió a los habitantes de la Franja volver el martes cerca de la barrera que separa al enclave de Israel.
Incluso, Al-Hayya fue más allá, llamando a una nueva intifada (levantamiento). "La reacción natural a la muerte de las personas que protestaban pacíficamente debería ser con una intifada árabe e islámica", dijo. "La respuesta palestina debe ser clara (...). No queda otra opción que encender el fuego en Gaza y en Cisjordania en respuesta a lo sucedido", agregó.
En Jerusalén, blindada para la ocasión, la delegación estadounidense -liderada por el vicesecretario de Estado, John Sullivan; Ivanka Trump y su esposo, Jared Kushner (el enviado estadounidense a Medio Oriente) y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin- rindió homenaje a David Friedman, el primer embajador estadounidense en Jerusalén "capital de Israel", al descubrir la placa que da por comenzada la misión diplomática.
En un videomensaje, Trump ratificó que "Israel, como todo Estado soberano, tiene el derecho de determinar su capital". "Es un gran día para Israel", escribió en Twitter. Poco antes, Kushner había aclarado que "EE.UU. hace aquello que es justo y trasladó su embajada a la capital de Israel".
Sus palabras fueron tomadas al vuelo por Netanyahu quien agradeció a Trump "por haber tenido el coraje de mantener su promesa". "Qué glorioso día para Israel. Estamos en Jerusalén y estamos aquí para quedarnos", sostuvo el premier.
En diciembre, 128 de los 193 países miembros de la ONU votaron contra la declaración de Trump reconociendo a Jerusalén como capital de Israel.
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