"Para mí encontrarlo me dio paz que tanto he buscado después de todo este año", señala a La Tercera, Lourdes Melián, hermana de David, uno de los 44 tripulantes que desaparecieron el 15 de noviembre de 2017 a bordo del submarino ARA San Juan. "Estoy consciente de que será muy difícil sacar al submarino. Tengo mis hermanas que piensan que eso va a pasar, pero yo sinceramente no creo que saquen al submarino", añade resignada.
Un año y un día después de la última comunicación, la nave fue hallada a 460 kilómetros al este del Golfo de San Jorge y a 907 metros de profundidad. Sin embargo, la alegría le duró poco a las familias después de que el gobierno argentino señaló que no tienen los medios técnicos para reflotar el submarino lo que permitiría aclarar las dudas de lo que ocurrió ese 15 de noviembre de 2017.
Las dudas invaden a las familias en Mar del Plata. Después de 366 días de angustia y a horas que la empresa estadounidense Ocean Infinity cancelara las operaciones de búsqueda hasta febrero, apareció en los análisis un contacto muy similar al submarino en la zona de Cañedones donde ya se habían realizado operaciones de búsqueda que incluyeron personal, equipo técnico y la participación de 13 países -entre ellos EE.UU., Chile, Perú, Rusia y Reino Unido- en 2017.
"En esa zona la Armada insistió que buscaran dos veces porque barrieron todo el lugar una vez y no pudieron encontrarlo. Antes de ampliar el área de búsqueda volvieron a pasar por la zona de Cañedones, el lugar donde la Armada más insistió porque era la zona más probable por la última comunicación", sostiene Lourdes Melián.
Esa son las dudas de los familiares que expresan la angustia ante la posibilidad de poder haber encontrado el submarino antes. Es que el hallazgo del ARA San Juan ocurrió un día después de que se llevaron a cabo los homenajes oficiales en la base de la Armada en Mar del Plata dónde los tripulantes debían haber llegado ese fatídico día.
Con el descubrimiento los familiares y el país completo podrá saber lo que realmente ocurrió con el submarino y sus tripulantes. Algunos familiares señalaron a través de los medios que al submarino le podrían haber lanzado algo que lo hundió. "Por lo que se está viendo simplemente fue un accidente. Yo creo que no (le lanzaron nada) por dónde y por cómo está el submarino porque aparentemente está partido en tres pedazos", señaló a La Tercera, Leonardo Torres, primo hermano del tripulante Jorge Valdéz.
Según el informe del ministerio de Defensa, la nave zarpó de Ushuaia con destino a Mar del Plata. Cerca del Golfo de San Jorge, al submarino le ingresó agua a través del sistema de ventilación de tuberías lo que generó un cortocircuito y un posterior incendio.
Ese día, en medio de una fuerte tormenta el ARA San Juan salió a superficie para controlar el humo. Después contactaron a la base para informar la situación y la Armada les pidió regresar "de la forma y velocidad" que pudieran. En ese momento, el submarino señaló que regresarían apenas lograran sumergirse. Alrededor de las 8.52 de la mañana se perdió la comunicación con la nave.
"(El submarino" implosionó dos horas después de su último contacto", señaló hoy el ministro de Defensa, Oscar Aguad. Esta declaración confirmaría, en parte, la teoría sobre que el submarino logró sumergirse, pero el hidrógeno acumulado generó una explosión que reactivó el incendio. Al quedar sin baterías, la nave perdió el control y comenzó a hundirse hasta la implosión -que ocurre cuando la nave alcanza profundidades mayores para las que esta diseñada.
El reflote
"No tenemos medios. No teníamos ni los medios para bajar al mar. Tampoco tenemos ROV (vehículos de inspección remota) para bajar a esas profundidades. Ni tenemos equipamiento para extraer un buque de estas características", señaló Agua y añadió que es "muy difícil" el rescate.
Durante la jornada de hoy se hicieron públicas las imágenes del submarino. "No está partido el casco resistente, está en una sola pieza, pero sí (está) deformado y abollado hacia el interior", señaló el capitán Gabriel Eduardo Attis, jefe de la Base Naval Mar del Plata. Horas antes, Attis le dijo a los familiares que el casco del submarino está "totalmente deformado, colapsado e implosionado (y sin) aberturas de consideración", además tiene partes de hélice enterradas.
"Lo que falta es que la jueza (Marta Yáñez) ordene pedir más fotos y filmaciones para terminar de confirmar no si es o no el submarino, sino para intentar ver qué es lo que pudo haber pasado para poder terminar de armar la historia. Después vendrá la burocracia del tema si van a querer sacarlo o no", señaló Leonardo Torres.
El jefe de Estado Mayor General de la Armada, el vicealmirante José Luis Villán señaló que hay "dos límites" para el reflote: "el legal ya que es la jueza la que deberá determinar cuándo remover los restos" y el "técnico" debido a la baja visibilidad dónde está la nave por la "turbulencia y la salinidad" por la "profundidad" y el desconocimiento de la "masa exacta" ya que el submarino ahora podría pesar casi 2.500 toneladas.