Argentina fue el único país que votó este lunes en contra de una resolución sobre los derechos de los pueblos indígenas, en una sesión de este lunes de la asamblea general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York.
Esta fue la primera intervención del Ministerio de Relaciones Exteriores transandino ante la ONU desde que arribó Gerardo Werthein, designado hace unos días por el Presidente de ese país, Javier Milei, luego de que exoneró a la canciller Diana Mondio por votar a favor del levantamiento del bloqueo económico de EE.UU. a Cuba.
Milei, con su proyecto libertario intenta alinearse con las políticas internacionales de Estados Unidos e Israel, pero esta vez el gobierno de Joe Biden se inclinó por la propuesta, mientras que los representantes israelíes no participaron en la asamblea. Así, mientras 168 países se pronunciaron favorablemente, hubo abstenciones de Francia, Laos, Lituania, Mali, Rumania, Bulgaria y Eslovaquia.
La resolución de la ONU busca la protección de los derechos de comunidades originarias en cuestiones como justicia, medioambiente y preservación de creencias espirituales, conocimientos ancestrales y lenguas.
Al argumentar el voto en contra, la ministra de la misión permanente de Argentina ante Naciones Unidas, Andrea Repetti, dijo que su país considera que “el documento sujeto a votación no figura suficientemente garantizado el acceso a los derechos humanos a las poblaciones indígenas sin discriminación”.
“La afirmación de la promoción de prácticas ancestrales puede dar lugar a la validación de tradiciones que podrían estar encontradas con los derechos fundamentales de mujeres y niñas, o el derecho a la salud y acceso al progreso científico. El uso de terminologías ambiguas y amplias dificulta y confronta con derechos humanos de garantía universal. Argentina celebra el respeto a la libertad religiosa y cultural de todas las personas, siempre en el marco de la universalidad de los derechos humanos para todos y quiere seguir contribuyendo y trabajando para que esa garantía sea realidad sin discriminación alguna”, agregó.
A lo largo de la resolución de 16 páginas, la ONU destaca la importancia de promover y tratar de lograr los objetivos de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, orientados a conservar sus propias instituciones políticas, jurídicas, económicas, sociales y culturales y su derecho a participar plenamente, si lo desean, en la vida política, económica, social y cultural del Estado.
Expresa asimismo “profunda preocupación por el aumento de la discriminación, el discurso de odio, la estigmatización, el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia” y condena “amenazas, hostigamiento, represalias y asesinato de miembros de los Pueblos Indígenas, en particular mujeres y niñas, y personas con discapacidad, a menudo con impunidad, así como de invasiones de tierras, desalojos forzosos arbitrarios y otras prácticas abusivas”.