Si en un momento se pensaron como una alternativa para contener la desocupación en una Argentina en crisis (9,1% en 2018), los trabajadores de aplicaciones (App) de delivery y transporte viven días complejos en el país transandino. Ello, porque la misma semana en que la justicia ordenó al gobierno porteño prohibir el funcionamiento de Rappi, Glovo y Pedidos Ya, los taxistas salieron a las calles para protestar contra Uber y Cabify.
Vulnerabilidad e informalidad, fueron los principales motivos por los que el titular del Juzgado N°2 en lo Contencioso Administrativo y Tributario, Andrés Gallardo, impidió la utilización de las App de reparto en Buenos Aires, hasta que acrediten judicialmente su adecuación a los requisitos legales según el Código de Tránsito y Transporte, y cumplan con las medidas de seguridad necesarias.
En la otra vereda, el "piquete negro y amarillo" organizado por los taxistas en la misma capital transandina, alzó la voz para denunciar la ilegalidad de las plataformas digitales de transporte, apuntando contra la "pasividad" de medidas "tibias e insuficientes" por parte del Poder Ejecutivo de ese país.
Para el economista argentino y especialista en transporte, Rafael Skiadaressis, la disputa con el funcionamiento de estas app se centra en que "los comercios amplían su llegada hacia nuevos consumidores a costa de una importante reducción de costos logísticos. Y, por otra parte, personas que no logran insertarse en el mercado laboral o que desean complementar sus ingresos diarios, aprovechan los bajos costos de acceso que tienen, ya que la inversión mínima requerida es contar con una bicicleta, por ejemplo", dijo a La Tercera.
Las exigencias del rubro
Entre algunas demandas para volver a las calles, los repartidores de Rappi, Glovo y Pedidos Ya deberán utilizar y disponer de casco, una caja portaobjetos anclada a la bicicleta o moto para no cargar la espalda, señalización adecuada luminosa y reflectante, un seguro de vida y accidentes y una libreta sanitaria para registrar los alimentos.
La Policía de la Ciudad de Buenos Aires realizó un levantamiento de datos que arrojó que de 400 repartidores, el 77% transita con portaobjetos en la espalda, el 70% no tiene seguro y un 67% no posee casco. Además de eso, el Ministerio de Salud de ese país informó que en el último mes se atendieron a 25 víctimas de accidente en la vía pública mientras realizaban delivery en la capital.
Por su parte, los taxistas anunciaron que persistirán en la lucha a través de una nueva convocatoria para mañana al medio día con un "Obeliscazo", donde presentarán un pedido de audiencia con el Presidente Mauricio Macri para tratar la informalidad de las tecnologías de transporte.
"Los viejos marcos regulatorios no deben restringir el progreso tecnológico ni el progreso tecnológico eliminar los mínimos cuidados sociales. Pensar en nuevas formas que permitan a estos esquemas funcionar sin lesionar los derechos laborales básicos, es lo que se debate actualmente en distintas ciudades del mundo", concluyó Skiadaressis.