Desde la aplastante victoria de Alberto Fernández en las primarias del domingo en Argentina, el Presidente brasileño Jair Bolsonaro no ha escatimado en críticas contra el candidato kirchnerista a la Presidencia argentina. Por ello, los analistas consideran que en el caso que el exjefe de gabinete de los Kirchner llegue a la Casa Rosada en las elecciones de octubre, la relación entre los dos países vecinos se torne, al menos, complicada.

Bolsonaro, quien apoya abiertamente la reelección del Presidente Mauricio Macri, comentó tras las primarias que Brasil podría ver a "hermanos argentinos huyendo para acá" en caso de que lo que él llama la "izquierdalia" gane las elecciones presidenciales del 27 de octubre. "Si esos izquierdosos vuelven en Argentina, podremos tener, sí, en Rio Grande do Sul (estado brasileño limítrofe con Argentina), un nuevo estado de Roraima", dijo el Mandatario en alusión a la región del norte de Brasil que en los últimos años ha recibido a decenas de miles de venezolanos que huyen de la crisis en su país.

A última hora del lunes, Bolsonaro volvió a arremeter contra el candidato kirchnerista. No solo anticipó una "relación conflictiva", sino también puso un signo de interrogación sobre el futuro del Mercosur. "Tenemos que ver cómo queda la situación, nadie quiere romper, yo no quiero romper unilateralmente, pero el mismo candidato que ganó las primarias dijo que quiere revisar el Mercosur. Es una señal inicial de que habrá una situación bastante conflictiva", reconoció.

Fernández, compañero de fórmula de la senadora y expresidenta Cristina Kirchner, respondió en duros términos a las declaraciones del Presidente brasileño. "Es un racista, un misógino, un violento", dijo el candidato kirchnerista. Sin embargo, destacó que Bolsonaro es solo una "una coyuntura en la vida de Brasil" y que tiene la intención de mantener una "relación espléndida" con Brasil.

Para el analista argentino Julio Burdman las declaraciones de Bolsonaro son "muy preocupantes" y "muy desafortunadas". "El prestigio regional de Brasil se había construido, desde los 80, a partir de un rol articulador en crisis y conflictos. El Brasil de Bolsonaro, en cambio, echa nafta al fuego", señala a La Tercera. A juicio de Burdman, "el enojo de Bolsonaro con el peronismo se debe al apoyo de este partido a Lula Da Silva y su controvertida condena judicial". "Pero en sus declaraciones, Bolsonaro mezcla lo partidario y lo estatal", comenta.

"Si se confirma la victoria de Fernández, la relación promete ser económica y políticamente muy complicada", dice a La Tercera Raquel Landim, columnista del diario Folha de S. Paulo. "En la economía, es muy probable que Argentina retome las medidas proteccionistas para reducir la entrada de productos brasileños. Políticamente la relación promete ser todavía peor. Bolsonaro no va a perder la oportunidad de criticar a los peronistas y compararlos a Nicolás Maduro, porque gana puntos con sus seguidores internamente", apunta. "Con todo eso no me extrañaría si hubiera una sacudida importante, o una rebaja y quizá hasta una ruptura del Mercosur", agrega.

Un eventual triunfo de Fernández en octubre, coincide Paulo Afonso Velasco Júnior, cientista político de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, "seguramente afectará las relaciones entre Brasil y Argentina, sobre todo porque Bolsonaro se alejó mucho de lo que es la tradición brasileña de no involucrarse en elecciones en países vecinos y declaró un apoyo muy claro a Macri", señala el experto a este diario. "Y puede afectar algunos proyectos que Brasil tenía con la Argentina de Macri, como el propio acuerdo celebrado (entre el Mercosur) con la Unión Europea", advierte.

En ese sentido, asesores de Bolsonaro citados por Folha de S. Paulo dijeron que Brasil va a "explorar alternativas" si Argentina se convierte en un obstáculo para las reformas en el Mercosur.