Conocido como “la voz en el oído” de Gustavo Petro, Armando Benedetti fue uno de los referentes más importantes dentro de la campaña que llevó al candidato del Pacto Histórico a la presidencia de Colombia. Senador desde 2006, y habiendo llegado a la presidencia de la Cámara Alta en 2010, Benedetti comenta en entrevista con La Tercera el panorama luego de la victoria del abanderado izquierdista.

Mucho se habla de que Petro es el primer presidente de izquierda en la historia colombiana. ¿Cómo se expresará esto en los próximos cuatro años?

Lo primero que él ha venido diciendo es que tiene que haber un gran acuerdo nacional. El acuerdo nacional, más allá de lo fundamental, que tiene que ver con reformas agrarias, reformas de justicia, justicia social, paz y transición energética, más allá de esos temas, es ver cómo se van a hacer esos acuerdos: haciendo espacios de conversación y consenso, que ya se venían haciendo antes de la campaña, no para buscar votos.

Nosotros sabemos que este país quedó 50/50, que ya es hora de acabar la polarización, ya es hora de acabar con el sentimiento ese de buenos y malos, de izquierda y derecha, etcétera, etcétera, y lo que hay que hacer es trabajar por un país que nos una. La situación que tenemos de inflación, económica y de empleo no es la mejor, así que, por lo tanto, hay que comenzar a aplicar el correctivo, pero de la mano con todos los temas concertados con la gente.

Fueron 11,2 millones de votos para Petro contra 10,5 millones de Rodolfo Hernández. ¿Cómo lee usted estos números, los resultados de la segunda vuelta? Es una diferencia clara, pero no aplastante, entre una y la otra opción.

Esa diferencia de 50/50 corresponde más bien a unas personas que escucharon a Petro, otras personas que no la entendieron o que se dejaron llevar por la sombra de los clichés, esos del comunismo, que nos volveríamos Venezuela, de personas que se anquilosaron en el pasado y esas ideas. Lo que hay que hacer es tratar de que nos escuchen, demostrar que esas ideas que se tienen de Petro son erróneas, que él va a ser el presidente de todos los colombianos. Es una tarea que es ardua, difícil, pero no puede ser muy larga ni a largo plazo, sino que a corto plazo, para poder empezar a poner todo lo fundamental para adelante y que al país le vaya bien, y las condiciones de vida cambien.

Él ha hablado de desarrollar un capitalismo, de desarrollar lo que son las tierras contra la inseguridad alimentaria, y que el campesino pueda ser socio de la industrialización de los productos. Dejar de importar tanto maíz cuando el maíz es autóctono, nosotros que seguimos importando de Canadá el maíz. Son temas de volver al país más industrial, una revolución industrial, de crear más empresas. De verdad, es casi avanzar el capitalismo.

Armando Benedetti, senador colombiano. Foto: AP

Bastante del enfoque del programa de Petro iba en contra del extractivismo y a favor de la producción.

Exacto, a lo que él se refería es a la no exploración minera y de carbón. Y esto, no porque él lo diga, sino porque los máximos científicos y pensadores del mundo se han reunido para decir que se va a acabar el planeta Tierra si seguimos con el carbón y el petróleo. Y que, por lo tanto, hay que pasar a una transición energética, y de energías limpias, y hay que empezar a hacerlo ya.

Gustavo Petro habló sobre la exploración, pero aquí hablaron de que no se iba a exportar más, que se iba a cerrar Ecopetrol, y nada de eso se dijo en la campaña.

¿Cuál fue el rol suyo rol en la victoria de Petro? ¿Cómo fueron estas semanas de campaña?

Yo entré en octubre noviembre de 2020, cuando no había siquiera una candidatura fuerte, ni unas encuestas buenas ni una campaña, y seis, siete meses después llegaron los otros. Desde que yo entré con él, con Petro se comenzó a conformar lo que sería el Pacto Histórico, y que se consolidó luego de una campaña berraca en la que sacamos 20 senadores, cosa que nunca había pasado aquí, salvo (Álvaro) Uribe o algunos menos. Esta vez la persona que encabezaba la lista, Gustavo Petro, logró trasladar un número importante de votos, y terminó siendo decisivo a la hora de sacar senadores.

Hasta ahí se hizo la estrategia de la plaza pública, para demostrar que Petro no solamente iba a pasar en primera vuelta, sino que tenía el músculo electoral y el asidero en la población para ganar en segunda. Eso fue importante, porque la gente lo empezó a ver como ganador, y es más, se hizo la tarea, cuando se pensó que el 29 de mayo podríamos haber ganado en primera vuelta. Pero finalmente nosotros implementamos eso ya en una segunda etapa, se buscó que escucharan más qué es Petro: no es que Petro haya cambiado en estos años, Petro esta vez logró que lo escucharan, y al escucharlo la gente entendió que todo lo que se había formado como prejuicios alrededor de él, era una cosa perversa que se había hecho para ganar las elecciones.

Armando Benedetti y Gustavo Petro, en una sesión fotográfica. Foto: AP

En un momento, sobre todo después de los resultados de la primera vuelta, se sintió que las posibilidades de Petro se alejaban bastante. ¿Cómo lo vivió usted?

A mí nunca se me pasó por la cabeza perder: primero, porque el contrincante en segunda vuelta no tenía, por así decirlo, los pergaminos de ser una persona de Estado. Y nosotros, lo que no podemos negar, es que hubo un temor el 30 de mayo, el día siguiente a la primera vuelta, cuando encontramos que en los tracking Rodolfo Hernández nos sacaba ventaja por dos o tres puntos, pero nos tranquilizamos al otro día al ver que la tendencia de Petro siempre fue ascendente, y al revés, la de Hernández era descendente. Entonces, ahí se veía claramente una tendencia que nos favorecía, y que siempre se fue ampliando en puntos. De hecho, en nuestras encuestas, sabíamos de 15 días antes que Hernández iba a pasar a la segunda vuelta, y en esas mismas encuestas siempre ganábamos por cinco puntos: al final, terminamos ganado por 3,5.

Nadie pensó, cuando nosotros habíamos sacado ocho millones de votos el 29 de mayo, que tres semanas después íbamos a conseguir tres millones más. La gente se preguntaba: ¿de dónde van a salir? Pero realmente se afinaron las estrategias, y por eso la cosa salió con tan buen resultado.

En el ámbito internacional, se habla de una nueva “marea rosa”, con la serie de gobiernos progresistas que han estado ganando en el continente. ¿Qué significa el triunfo de Petro en este contexto?

Yo creo que, en el contexto del continente sudamericano, está volteando el péndulo a lo que en Colombia llamamos progresismo, y a lo cual ese comunismo de los años 80 está mandado a revaluar, y la revaluación consiste en que es una nueva izquierda progresista, donde se nota a leguas que los que somos o izquierdistas o progresistas, lo que queremos es más inclusión social, más oportunidades, trabajos, empleo. Lo que buscamos es que haya una real distribución de lo que se puede ganar como nación. Porque actualmente Colombia está entre los tres, cuatro países más desiguales del mundo. Por lo tanto, esas personas que crean la desigualdad, y que la administran, pues hay que salir de ellas. Nunca metiéndose con la economía del país, ni con reventar el tema de la expropiación, ni salir a acabar con los empresarios, todo lo contrario.

Acá lo que queremos es que las personas pobres, y los campesinos, sean socios de la industrialización, que es en la cual se va a trabajar.

Gustavo Petro y Armando Benedetti, en un avión durante un trayecto de la campaña. Foto: AP

¿Cuáles serán los primeros pasos para ir destrabando la situación con las guerrillas y bandas, tanto con el ELN como el Clan del Golfo?

Aquí es un país donde se truncó el proceso de paz: hay que retomarlo para ver si empezamos a encontrar otra vez esos remansos de paz, y ese sendero que nos llevaba al buen camino. Si se va a buscar la paz, sin que se vulneren los principios del Estado, pues bien, estamos ahí. En un país en paz hay más industria, más turismo, más inversión extranjera,

Lo que sí es primordial para Petro es buscar la paz, porque eso sencillamente lleva a no estar matándonos, el conflicto interno, las diferentes bandas, porque lo que hay aquí es un multicrimen, chantaje, hay microtráfico, hay bandas y guerrilla: es una mezcla de muchos detonadores contra lo social. Lo que hay que buscar es aliviar todas esas situaciones, poder vivir como seres humanos, como si estuviéramos en el siglo XXI, y empezar a hablar de economía, industrialización, inversión extranjera, y otras cosas.

Respecto al gabinete y el nombramiento de ministros, ¿qué planes hay para usted en los próximos cuatro años?

Yo ya perdí la libertad de decidir qué quiero: me toca hoy estar pendiente de qué es lo que quieren para mí, y lo que quiera él, Petro, para él.