Con movilizaciones en al menos 18 ciudades de México, decenas de periodistas salieron el martes a exigir justicia por los homicidios de Lourdes Maldonado, Margarito Martínez y José Luis Gamboa ocurridos este mes, dos de ellos en Tijuana y en la misma semana, evidenciando la violencia que golpea al país.

La jornada de protesta comenzó frente al palacio presidencial, en la capital, donde se colocó un puñado de cámaras en el suelo y sobre una de las barandas de protección se pegaron fotografías de Maldonado, Martínez, Gamboa y otros periodistas asesinados acompañadas de flores y carteles que decían “somos prensa no disparen”.

Las protestas se replicaron en algunas ciudades de los estados de Veracruz, San Luis Potosí, Durango, Nayarit, Chiapas, Tamaulipas, Sinaloa, Coahuila, Quintana Roo, Baja California, Campeche y Oaxaca, donde decenas de periodistas se concentraron de manera pacífica en plazas y calles con carteles que decían “no se mata la verdad” y “ni un periodista más asesinado”.

Hay previstas un total de 28 concentraciones bajo el lema “Periodismo en riesgo”, que también serán virtuales en plena pandemia con los lemas #NiSilencioNiOlvido #NoseMataLaVerdad #PeriodismoEnRiesgo.

Aunque los actos no se prevén grandes, la multitud de sedes los hacen simbólicas y multiplicarán una exigencia que algunos medios llevan décadas repitiendo.

“Emocionalmente quedamos devastados”, afirmó la reportera y activista Sonia de Anda, integrante del colectivo “Yo si soy periodista” de Tijuana, al hablar de cómo ha afectado a los periodistas del estado de Baja California los asesinatos de Martínez y Maldonado ocurridos el 17 y 23 de enero.

De Anda dijo a la AP que tras los recientes homicidios entre los periodistas de Tijuana hay “mucho temor”, y agregó que “salimos a trabajar porque tenemos que salir”. La periodista reconoció que en la ciudad fronteriza la violencia ha escalado debido a la lucha de grupos criminales. Sobre el caso de Maldonado, precisó que aún no se conoce el móvil de su asesinato, pero sostuvo que es una “víctima de la libertad de expresión”.

Según los datos del gobierno federal, en diciembre Baja California fue el segundo estado con más homicidios por cada 100.000 habitantes. Solo en Tijuana fueron asesinadas casi 2.000 personas.

Maldonado fue asesinada el domingo tras llegar a su casa, donde fue abordada por tres hombres, uno de los cuales le disparó, según la Fiscalía General de Baja California. La periodista, que había sido colaboradora en distintos medios pero que en los últimos tiempos hacía un programa de internet centrado en noticias locales, sufrió un ataque en marzo del año pasado cuando su vehículo recibió un disparo en el vidrio trasero. A raíz de ese incidente Maldonado fue incluida en el mecanismo estatal de protección a periodistas y durante las noches era custodiada por policías, indicó de Anda.

A dos días del ataque, la vivienda de Maldonado permanece cerrada y acordonada. En el lugar sólo permanecen sus cuatro gatos y su leal perro “Chato”, de color canela, que no se ha movido de la entrada esperando a su dueña, según relataron vecinos.

Impunidad

El semanario Zeta de Tijuana publica desde hace más de 30 años una página en negro en cada edición para exigir que se busque al autor intelectual del asesinato de uno de sus directores en 1988. Este martes, saldrá a la calle para exigir justicia por los últimos homicidios, entre ellos el de su colaborador, Margarito Martínez.

“Vamos a salir a manifestarnos, vamos a llorar, vamos a sufrir”, dijo Adela Navarro, directora de Zeta, en el programa por Internet Los Periodistas, del reportero Julio Astillero.

Como recordaron muchos de los convocantes, incluida Navarro, las muertes de los comunicadores son un ejemplo de la inseguridad y la impunidad que viven todos los mexicanos en un país en el que la cifra de homicidios no baja de unos 30.000 al año.

El presidente Andrés Manuel López Obrador insistió este martes en que habrá justicia por los últimos crímenes al plantear que en su gobierno no hay impunidad, aunque los datos parecen indicar lo contrario.

Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, en un reciente encuentro con integrantes del mecanismo de protección de periodistas y defensores de derechos humanos, reconoció que más del 90% de asesinatos quedaban impunes.

El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) eleva el porcentaje al 95%, explicó su representante en México, Jan-Albert Hootsen, quien recordó que cientos de agresiones que no llegan al asesinato ni siquiera se denuncian y sólo se saben cuando los ataques incrementan su gravedad.

México es el país más violento del hemisferio occidental para el ejercicio del periodismo, según el CPJ, una ONG de protección a la prensa con sede en Nueva York. Según sus datos, hasta diciembre había nueve periodistas asesinados y de ellos tres fueron por represalias por su labor informativa, aunque aún se investigan otros casos para determinar el motivo.