Luego del acuerdo alcanzado el domingo con los kurdos, el régimen de Basher Assad tomó el control de dos ciudades clave en el norte del país, con el fin de detener la ofensiva turca que se inició la semana pasada contra los kurdos, quienes le pidieron ayuda tras el anuncio de una retirada de los soldados de su aliado estadounidense de esta región. "Unidades del Ejército sirio entraron en la ciudad de Manbij", informó la agencia oficial SANA, después de su despliegue en las inmediaciones.
Un responsable local en esta ciudad, controlada desde 2018 por un consejo militar afiliado a las autoridades kurdas, confirmó a la agencia France Presse la entrada de las tropas a la ciudad. Es la primera vez desde 2012 que las fuerzas del régimen entran en esta ciudad situada a 30 kilómetros de la frontera turca.
"El acuerdo entre las fuerzas del régimen sirio y los kurdos es un punto de inflexión en la historia del conflicto sirio. Y, en realidad, cambia el equilibrio de poderes en el terreno. Los kurdos sirios y el régimen de Basher Assad han tenido muy malas relaciones, debido a que el régimen de Assad solía ver a los kurdos como una amenaza de la integridad territorial de Siria. Se han comprometido en una suerte acuerdo, con la lógica del enemigo de mi enemigo es mi amigo", explicó a Jana Jabbour, profesora experta en Turquía en Science Po en París.
"Las fuerzas del régimen sirio fueron capaces de capturar las ciudades de Manbij y Kobane, las que estaban -hasta ahora- bajo el control de los kurdos. Ahora los kurdos llamaron al régimen para que tome control de estas dos urbes porque temían que las fuerzas turcas lanzarían una invasión en estas dos localidades. Entonces, la ofensiva turca puede que termine beneficiando al régimen y que les permita que capturen más territorio en Siria", añade.
Este avance de las fuerzas sirias se produce en medio de las contradictorias políticas del gobierno de Donald Trump. El mandatario anunció este lunes que las casi mil tropas que se encuentran en Siria van a permanecer en Medio Oriente, pese a que había dicho que se retirarían, para evitar un resurgimiento del Estado Islámico.
En su comunicado, Trump anunció, además, que "pronto" emitirá una orden ejecutiva que autorice las sanciones contra los altos niveles del gobierno turco. Si bien no especificó cuándo se iban a imponer tales castigos, señaló que la orden iba a empoderar a Estados Unidos para imponer sanciones adicionales contra "aquellos que puedan estar involucrados en serios abusos a los derechos humanos o que estén obstruyendo el cese el fuego, evitando que las personas desplazadas vuelvan a sus casas". El Presidente señaló también que los aranceles a las importaciones de acero de Turquía subirán 50% y que Estados Unidos ha detenido las negociaciones para un acuerdo de comercio con Ankara de más de US$ 100 mil millones.
Para Jabbour, autora del libro el avance de las fuerzas de Assad son tanto buenas como malas noticias para Turquía. "Son malas noticias porque Turquía no quiere que el régimen sirio se vuelva más fuerte. Sin embargo, es positivo simplemente porque si el régimen sirio captura más territorio en el norte, significa que la fuerza kurda está disminuyendo, los combatientes kurdos ya no tienen la capacidad militar para ser una amenaza de seguridad para Turquía", indicó.
"Por supuesto, Turquía no calculó que a través de esta ofensiva militar las fuerzas del régimen puede que terminen capturando más territorio", concluyó.