En un país que ya está al límite, el intento de asesinato del expresidente estadounidense Donald Trump el sábado durante un acto de campaña en Pennsylvania, enfureció a sus partidarios, detuvo la campaña demócrata y generó temores de más violencia política en el período previo a las elecciones presidenciales de noviembre.
Los aliados republicanos de Trump lo pintaron como un héroe el sábado, aprovechando la imagen de él con la oreja ensangrentada y el puño en alto, pareciendo pronunciar las palabras “¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!”.
Mientras que Trump ha utilizado regularmente un lenguaje violento con sus seguidores, los asesores y aliados del expresidente cambiaron el guión de su oponente demócrata, el presidente Joe Biden, diciendo que fue la demonización del candidato presidencial republicano lo que condujo al intento de asesinato, destacó Reuters.
“Lo de hoy no es sólo un incidente aislado. La premisa central de la campaña de Biden es que el presidente Donald Trump es un fascista autoritario al que hay que detener a toda costa. Esa retórica condujo directamente al intento de asesinato del presidente Trump”, dijo en la red social X el senador J.D. Vance de Ohio, uno de los principales candidatos para ser compañero de fórmula de Trump.
Biden actuó rápidamente para tratar de calmar la situación, denunciando el ataque como violencia política inaceptable y retirando anuncios electorales donde atacaba a Trump. Junto con cancelar los ataques verbales contra el expresidente, se centró en su lugar en un mensaje de unidad. “No hay lugar en Estados Unidos para este tipo de violencia. Es enfermizo”, dijo el mandatario demócrata a los periodistas.
La noche de este domingo, Biden reiteró el mensaje. Utilizó el ambiente formal de la Oficina Oval de la Casa Blanca para pedir a los estadounidenses que bajen la temperatura política y recuerden que son vecinos después del intento de asesinato a Trump.
El tiroteo de Trump “nos llama a todos a dar un paso atrás”, dijo Biden en declaraciones de menos de siete minutos. Afortunadamente, no resultó gravemente herido, destacó.
“No podemos permitir que esta violencia se normalice. La retórica política en este país se ha vuelto muy acalorada. Es hora de enfriar las cosas”, afirmó Biden. “Todos tenemos la responsabilidad de hacer esto”, agregó.
A las pocas horas del tiroteo del sábado, la campaña de Biden estaba retirando anuncios de televisión y suspendiendo otras comunicaciones políticas, incluidas aquellas que habían destacado la condena por delito grave de Trump en mayo en un tribunal estatal de Nueva York en relación con el dinero pagado a una estrella porno para mantener su silencio para evitar un escándalo sexual antes de las elecciones de 2016.
Asimismo, el viaje de Biden este lunes a la biblioteca presidencial Lyndon B. Johnson en Austin, Texas -donde se esperaba que hablara sobre la histórica Ley de Derechos Civiles que Johnson promulgó en la década de 1960 y criticara los ataques de Trump contra los inmigrantes y la diversidad- fue pospuesto, dijo la Casa Blanca.
Pero el plan de Biden de pronunciar un discurso de apertura en la convención de la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP) en Las Vegas el martes sobre el compromiso de su gobierno con la justicia racial y la equidad para todos los estadounidenses no ha cambiado.
Los asesores de Biden esperan amortiguar los recientes pedidos de algunos demócratas y otros para que se haga a un lado y deje que otro candidato represente al partido en noviembre, agudizando su enfoque en los peligros que, según ha dicho, Trump representa para las normas democráticas y los falsos dichos del republicano de que ganó las elecciones de 2020.
“Esto lo cambia todo”, dijo un funcionario de la campaña sobre el intento de asesinato. “Todavía estamos evaluando. Mostrar todo lo negativo de Trump, hacer que las aguas estén más divididas, será mucho más difícil”.
“El presidente está tratando de bajar la temperatura”, añadió el funcionario citado por Reuters.
Los responsables de la campaña de Biden esperan que el intento de asesinato rebaje la presión de los demócratas del Congreso para que Biden, de 81 años, se aparte de la carrera en medio de las preocupaciones sobre su aptitud para el cargo.
Algunos demócratas de la Cámara de Representantes y del Senado han pedido públicamente a Biden que abandone tras su titubeante actuación en un debate en junio contra Trump.
“Se acabó”, dijo a Reuters una fuente de la Casa Blanca sobre el intento de apartar a Biden de la carrera, aunque eso puede ser demasiado optimista, señalaron otras fuentes demócratas. La actual oleada de reclamos ha terminado, pero se espera que se reanude una vez que Biden inevitablemente tropiece de nuevo, agregaron.
No me persiguen a mí, sino a ti”
Trump dijo el domingo que fue “sólo Dios” quien lo salvó y, al igual que Biden, pidió unidad. “En este momento, es más importante que nunca que nos mantengamos unidos y mostremos nuestro verdadero carácter como estadounidenses, manteniéndonos fuertes y decididos y no permitiendo que el mal gane”, escribió en su plataforma de redes sociales.
“Iba a retrasar dos días mi viaje a Wisconsin y la Convención Nacional Republicana, pero acabo de decidir que no puedo permitir que un ‘tirador’, o un asesino potencial, fuerce el cambio de programación o cualquier otra cosa”, comentó Trump en su sitio Truth Social el domingo.
En el corto plazo, el ataque probablemente impulsará las apariciones de Trump en Milwaukee esta semana en la Convención Nacional Republicana cuando acepte la nominación presidencial de su partido, fortaleciendo el sentimiento de agravio y distanciamiento que sus partidarios ya sienten hacia la clase política del país.
Pocas horas después del tiroteo, la campaña de Trump envió un texto pidiendo a los votantes que contribuyeran a la campaña. “No me persiguen a mí, sino a ti”, decía el mensaje.
Los multimillonarios Elon Musk y Bill Ackman también respaldaron rápidamente a Trump. “Respaldo plenamente al presidente Trump y espero su rápida recuperación”, dijo Musk en X, el sitio de redes sociales de su propiedad.
Chris LaCivita, codirector de la campaña de Trump, afirmó en X que “durante años e incluso hoy, activistas de izquierda, donantes demócratas y ahora incluso Joe Biden han hecho comentarios y descripciones repugnantes sobre cómo dispararle a Donald Trump... ya es hora de que sean responsables de ello... la mejor manera es a través de las urnas”.
Aparentemente, LaCivita se refería a los comentarios recientes de Biden en el contexto de pedir a sus seguidores que se concentraran en vencer a Trump en lugar de en su propio desempeño. “Así que hemos terminado de hablar del debate, es hora de poner a Trump en el blanco”, señaló Biden, que siempre ha condenado cualquier violencia política.
Pero algunos republicanos pidieron a los demócratas que moderaran sus afirmaciones sobre Trump. “Estábamos a un centímetro de un cataclismo absoluto en este país. Gracias a Dios eso no sucedió”, dijo el estratega republicano Scott Jennings, citado por The Wall Street Journal. “Tal vez, sólo tal vez, algunas personas puedan tomarse un descanso de describir escandalosamente a sus oponentes políticos como Hitler, dictadores, que causan baños de sangre y existen como una amenaza literal a la democracia que provocará el fin de nuestra nación si ganan una elección”.
En la misma línea, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (republicano por Louisiana), al llamar el domingo a ambos partidos a enfriar su retórica, dijo que una serie de figuras políticas y culturales habían tratado de persuadir a los estadounidenses de que Trump es una amenaza. “No hay ninguna figura en la historia de Estados Unidos, al menos en la era moderna, tal vez desde Lincoln, que haya sido vilipendiada y realmente perseguida por los medios de comunicación y las élites de Hollywood, figuras políticas e incluso el sistema legal”, declaró en NBC. “Y cuando se difunde constantemente el mensaje de que la elección de Donald Trump sería una amenaza para la democracia y que la república terminaría, el ambiente se calienta. No podemos hacer eso. Simplemente no es cierto”.
El Journal puso de relieve que el peligro en las divisiones políticas del país es evidente, advirtiendo que los disparos dirigidos a un ex y potencialmente futuro presidente “han amplificado la sensación que muchos estadounidenses han sostenido que las elecciones presidenciales de este año se encaminan hacia un final feo”.
Los estadounidenses no tienen que retroceder hasta 1968, el año en que Robert F. Kennedy, entonces candidato presidencial, y Martin Luther King Jr. fueron abatidos, para encontrar ejemplos de violencia política.
A finales de 2018, justo antes de las elecciones de mitad de mandato de ese año, un hombre de Florida envió por correo bombas caseras a destacados críticos del entonces presidente Trump, entre ellos el expresidente Barack Obama, Hillary Clinton, la entonces senadora Kamala Harris y otros. Dos años más tarde, seis hombres fueron arrestados por conspirar para secuestrar a la gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer, y juzgarla por traición antes de las elecciones presidenciales de ese año.
Y es que Estados Unidos está lidiando con el mayor y más sostenido aumento de la violencia política desde la década de 1970. De los 14 ataques políticos fatales desde que los partidarios de Trump irrumpieron en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021, en los que el autor o sospechoso tenía una clara inclinación partidista, 13 fueron agresores de derecha. Uno estaba a la izquierda, destacó Reuters.
Impacto en las encuestas
Es difícil predecir hasta qué punto los votantes apoyarán a Trump. Cuando el presidente Ronald Reagan sobrevivió a un intento de asesinato en marzo de 1981, el índice de aprobación de su trabajo en las encuestas de Gallup aumentó modestamente. Pero a los pocos meses su posición había vuelto aproximadamente a la que había estado antes del incidente.
El estratega republicano Frank Luntz, escribiendo en las redes sociales, sugirió que lo más probable es que el tiroteo afectara la participación de los votantes de derecha. “Al final, los votantes se calmarán y volverán con el candidato de su elección. Las personas que se acercan a Trump por simpatía probablemente retrocederán”, escribió. “Pero lo que pasó en Pennsylvania definitivamente afectará la votación final, garantizando que todos los votantes de Trump realmente votarán. Biden, o cualquier otro candidato que presenten los demócratas, no tendrá la misma certeza de participación”.
Brad Bannon, un estratega demócrata, también dijo que el tiroteo podría beneficiar políticamente a Trump porque alimenta su narrativa de campaña de que el país está fuera de lugar. “El intento de asesinato genera simpatía por Trump”, señaló Bannon. “También confirma a los votantes la idea de que algo está fundamentalmente mal en esta nación, lo cual es una idea que genera apoyo hacia él”.
El sábado el republicano tenía un 75% de opciones de ganar la presidencia, según el modelo basado en sondeos del semanario The Economist. En el mercado de apuestas le daban un 57% de probabilidades, y en la comunidad de predicciones Metaculus rondaban el 65%. Esas dos últimas predicciones se actualizaron tras el tiroteo, elevando las opciones de Trump hasta el 63% y el 72%, respectivamente, según consigna el diario El País.
El giro tras el debate resultó evidente. En horas, los pronosticadores de Metaculus bajaron la probabilidad de una victoria de Biden del 47% (una opción entre dos) al 20% (una entre cinco), para subir la de otros candidatos demócratas y disparar la de Trump. El promedio de encuestas de RealClear Politics le da al republicano una ventaja de 2,7 puntos porcentuales (47,1% contra 44,4% de Biden), mientras que el FiveThirtyEight le otorga 1,9 puntos porcentuales de delantera a Trump frente a su rival demócrata: 42,3% a 40,4%.
Sin embargo, numerosas encuestas muestran que los estadounidenses dicen estar desanimados por el reciente curso de la política. En las encuestas del Pew Research Center, dos tercios dicen que la política los deja exhaustos, y casi 9 de cada 10 personas dicen que republicanos y demócratas están más interesados en pelear entre sí que en resolver problemas. La perspectiva de violencia política seguramente dejará a los estadounidenses aún más desanimados.