Una salva de cohetes, que alcanzó este lunes una base aérea en el Kurdistán iraquí, mató a un empleado extranjero e hirió a otros cinco civiles, así como a un soldado estadounidense, anunció la coalición liderada por Estados Unidos.

Al menos tres cohetes fueron lanzados contra Erbil, la capital de la región autónoma del norte de Irak, uno de los cuales impactó en un complejo militar donde se encuentran tropas estadounidenses, según la misma fuente.

Es la primera vez, en casi dos meses, que se produce un ataque contra instalaciones militares o diplomáticas occidentales en Irak.

Fuentes iraquíes y occidentales dijeron a la Agence France-Presse (AFP) que al menos tres cohetes fueron disparados en dirección al aeropuerto.

Los otros dos cohetes cayeron en zonas residenciales en la periferia de la ciudad.

El portavoz de la coalición internacional antiyihadistas, el coronel Wayne Marotto, confirmó a la AFP que el trabajador muerto no era iraquí, pero no dio detalles sobre su nacionalidad.

Delovan Jalal, responsable del departamento de Salud de Erbil, informó a la AFP que al menos cinco civiles resultaron heridos, uno de los cuales estaba en estado crítico.

El ministerio del Interior del Kurdistán confirmó en un comunicado que “varios cohetes” habían caído en la ciudad. También precisó que los servicios encargados de la seguridad habían abierto “una investigación minuciosa” y pidieron a los civiles quedarse en casa hasta nueva orden.

Fuerzas de seguridad fueron desplegadas alrededor del aeropuerto tras el ataque, y helicópteros sobrevolaban la periferia de la ciudad, según un corresponsal de la AFP.

Por el momento, ningún grupo reivindicó el ataque. Medios de propaganda proiraníes fueron los primeros en informar sobre él.

Decenas de ataques

Desde el otoño del 2019, instalaciones militares y diplomáticas occidentales han sido blanco de decenas de cohetes y ataques con bombas, pero generalmente en Bagdad.

Aún así hubo disparos de misiles iraníes contra el aeropuerto de Erbil en enero del 2020, días después del asesinato del general iraní, Qasem Soleimani, en un ataque de dron estadounidense en Bagdad.

También se produjeron disparos de cohetes contra la embajada estadounidense en la capital iraquí. Tanto funcionarios estadounidenses como iraquíes culpan a milicias proiraníes, como el grupo Kataeb Hezbolá o Asaib Ahl al Haq.

Esos grupos se oponen a la coalición liderada por Estados Unidos, que tiene su base en Irak desde el 2014 para ayudar a las fuerzas locales a luchar contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Con el EI en gran parte derrotado, la coalición se redujo a 3.500 efectivos, de los cuales 2.500 son estadounidenses.

Casi todas estas unidades extranjeras se hallan en el complejo militar del aeropuerto de Erbil, informó a la AFP una fuente de la coalición.

Pese a la retirada gradual de las tropas extranjeras, los ataques con cohetes continuaron. En octubre, Washington amenazó con cerrar su embajada si no paraban.

Después varias facciones facciones iraquíes pro-Irán aceptaron una tregua negociada que se violó varias veces, como a finales de diciembre con el disparo de cohetes contra la embajada estadounidense o este lunes en Erbil.

Los disparos del lunes se produjeron en medio de tensiones en el norte de Irak, donde la vecina Turquía combate al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que considera “terrorista”.

Turquía suele llevar a cabo ataques en las zonas montañosas del norte de Irak contra las bases de retaguardia del PKK, que desde 1984 libra una guerrilla en territorio turco que ha dejado más de 40.000 muertos.