Al menos 44 personas fueron asesinadas por ataques terroristas causados por extremistas islámicos en múltiples arremetidas en el norte de Burkina Faso, informó el gobierno el sábado.
Los yihadistas atacaron las aldeas de Kourakou y Tondobi en la provincia de Seno, dijo en un comunicado el teniente coronel Rodolphe Sorgho, gobernador de la región del Sahel. El oficial calificó los ataques del jueves y viernes de “despreciables y bárbaros” y señaló que el gobierno estaba estabilizando la zona. Llamó a la población a mantener la calma.
La nación de África Occidental ha estado lidiando con la violencia yihadista vinculada a la red Al Qaeda y al grupo Estado Islámico que ha matado a miles y ha desplazado a dos millones de personas en seis años. Los combates han frustrado y dividido a una población que alguna vez fue pacífica, lo que llevó a dos golpes militares el año pasado en que cada líder de la junta prometió frenar los ataques.
Pero la violencia se está intensificando y extendiendo a medida que los yihadistas bloquean las aldeas, impidiendo que cientos de miles de personas se muevan libremente.
En febrero, el grupo Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad de matar a más de 70 soldados, herir a decenas y tomar a cinco como rehenes, en una emboscada a un convoy militar en el norte. Unas semanas antes, los yihadistas mataron al menos a 32 personas, incluyendo soldados y civiles, en varios ataques en todo el país.
La violencia ha creado la peor crisis humanitaria en la historia del país, obligando a uno de cada cinco ciudadanos —unos 4,7 millones de personas— a necesitar ayuda humanitaria, según Naciones Unidas.