Un día después del asesinato del “número dos” de Hamas en Beirut, Líbano, dos explosiones mataron este miércoles al menos a 95 personas en Irán, en el peor atentado en la historia de la República Islámica. Los ataques, registrados cerca de un cementerio donde se celebraba una ceremonia para conmemorar el cuarto aniversario de la muerte de uno de los comandantes más importantes del país, Qassem Soleimani, que murió en 2020 en un ataque con drones estadounidenses, tuvieron lugar en un momento en que Medio Oriente está en vilo debido a la guerra en Gaza y las crecientes tensiones entre Israel y los grupos militantes respaldados por Irán en toda la región, lo que hace temer una ampliación del conflicto más allá de las fronteras del enclave palestino.
Decenas de personas resultaron heridas cuando las explosiones alcanzaron una procesión cerca de la mezquita Saheb al-Zaman en la ciudad de Kerman, en el sur del país. No hubo reclamos inmediatos de ningún grupo, por lo que se cree que fue el ataque de este tipo más mortífero en Irán en 42 años. Inicialmente se informó que el número de muertos era 103, pero el ministro de Salud dijo que algunos nombres se registraron accidentalmente dos veces.
El gobernador de la provincia de Kerman dijo a la agencia estatal de noticias Irna que ambas explosiones ocurrieron fuera de los puestos de control de seguridad y que las autoridades estaban seguras de que fueron causadas por bombas. Pero dijo que aún no estaba claro si fueron detonados de forma remota o por atacantes suicidas.
La agencia de noticias de línea dura Tasnim, afiliada a la Guardia Revolucionaria de Irán, citó anteriormente fuentes que dijeron que “dos bolsas que contenían bombas” aparentemente fueron detonadas “por control remoto”.
“Estábamos caminando hacia el cementerio cuando de repente un auto se detuvo detrás de nosotros y explotó un contenedor de basura que contenía una bomba”, dijo un testigo a la agencia de noticias Isna.
Según la BBC, las sospechas pueden recaer sobre los separatistas árabes y los grupos yihadistas sunitas como Estado Islámico, que han llevado a cabo ataques contra civiles y fuerzas de seguridad en el país en los últimos años.
El líder supremo de Irán, el ayatola Alí Jamenei, prometió que el “ataque terrorista” se enfrentaría a una “dura respuesta”. “Los malvados y criminales enemigos de la nación iraní una vez más crearon un desastre y martirizaron a un gran número de personas queridas en Kerman”, dijo.
“Ya sean aquellos con sangre inocente en sus manos o aquellas mentes corruptas que llevaron a esta atrocidad, se enfrentarán a una represión firme y un castigo justo, que comenzará de inmediato”, añadió. “Deben saber que este desastre tendrá una dura respuesta, si Dios quiere”.
El presidente Ebrahim Raisi calificó los atentados como un “acto cobarde” llevado a cabo por “criminales que odian a Irán y secuaces del terror y la oscuridad”. Según el medio israelí Ynet News, Raisi culpó a Israel por el atentado en Kerman y expresó que “pagará un alto precio por el crimen, lo que hará que se arrepienta”.
Algunos representantes provinciales y estatales también apuntaron hacia Israel como presunto organizador del ataque, que ocurrió un día después del asesinato en Beirut del “número dos” del grupo islamista palestino Hamas y de varios cargos de su brazo militar -aliados de Irán-. “Israel es definitivamente uno de los autores”, acusó Hossein Jalali, diputado por la provincia de Kerman, según el medio opositor Iran International.
Sin embargo, el nuevo ministro del Interior de Irán, el político de línea dura Ahmad Vahidi, no atribuyó inmediatamente la culpa del ataque y ninguna de las partes se adjudicó la responsabilidad del incidente terrorista más mortífero desde la Revolución iraní de 1979, apuntó el diario británico The Guardian.
El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Matthew Miller, afirmó que su país “no está involucrado de ninguna manera” en el atentado y que “cualquier sugerencia que indique lo contrario es ridícula”. “Tampoco tenemos razones para creer que Israel esté involucrado en esta explosión”, añadió.
Ali Vaez, director del Proyecto Irán en International Crisis Group, un think tank especializado en resolución de conflictos, dijo que las características del ataque eran más consistentes con ataques pasados de grupos yihadistas y separatistas, en lugar de supuestos ataques israelíes dirigidos a individuos en un esfuerzo por sabotear el programa nuclear de Irán, según consigna el diario The Wall Street Journal.
En declaraciones al diario español El País, Barbara Slavin, experta en Irán del Centro Stimson de Washington, aseguró que “es demasiado pronto” para saber quién ha sido el responsable, aunque enumera una lista de eventuales sospechosos. “Es posible que se trate de separatistas de la provincia de Baluchistán, que se encuentra al este de Kerman. Ha habido una insurgencia de bajo nivel durante años. Podrían ser también los Muyahidines del Pueblo, vieja némesis de la República Islámica. Israel, por supuesto, es siempre un sospechoso, pero Israel es conocido por asesinar generales iraníes y científicos nucleares, no por colocar bombas en medio de la muchedumbre”, explicó. “Quienquiera que haya sido ha expuesto un alarmante fallo de seguridad por parte del gobierno iraní. Y, por supuesto, esto incrementa la tensión en la región”, advirtió.
En la misma línea, Julian Borger, editor de asuntos mundiales de The Guardian. escribió que “quien esté detrás del bombardeo de Kerman corre el riesgo de desencadenar una guerra regional”.
Al respecto, The Wall Street Journal recordó que Israel y los grupos aliados de Irán, incluido Hizbulá de Líbano, han estado intercambiando disparos en las últimas semanas, con Israel lanzando ataques aéreos en Líbano y Siria mientras militantes disparan hacia Israel. Irán también ha prometido venganza después de que un ataque aéreo matara a otro alto funcionario del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica en Siria a finales del mes pasado. Se cree ampliamente que Israel llevó a cabo el ataque, pero no ha confirmado ni negado su participación.
La administración del presidente estadounidense Joe Biden y otros funcionarios occidentales han estado presionando a ambas partes para que contengan la creciente conflagración y evitar que la guerra en Gaza se convierta en un conflicto regional que podría atraer a Irán y sus milicias aliadas, añade el periódico.
De hecho, la muerte este martes del “número dos” de la oficina política de Hamas, Saleh al-Arouri, en el bombardeo con un dron israelí contra una oficina del grupo a las afueras de Beirut, podría representar una escalada del conflicto entre Israel e Hizbulá, aliado de Hamas en el Líbano.
A través de su canal en Telegram, el movimiento chiita Hizbulá, respaldado por Irán, se refirió al acto como un “desarrollo peligroso” que no quedará “sin respuesta ni castigo”, agregando que los ejes de resistencia tienen “el dedo en el gatillo” para la escalada contra Israel.
En un comunicado recogido por la agencia de noticias libanesa NNA, Hizbulá aseguró que sus combatientes se encuentran preparados para tomar represalias por un ataque que atribuyen al Ejército israelí. De hecho, advirtieron que este episodio supone “un acontecimiento peligroso en el curso de la guerra entre el enemigo y el eje de resistencia”, en alusión a Israel y Hamas. Denunciaron que se trata de “un grave ataque contra Líbano, su pueblo, su seguridad y su soberanía”.
Hasan Nasrallah, líder de Hizbulá, dijo que el asesinato del poderoso dirigente de Hamas “no quedará impune”. Describió la muerte de Al-Arouri como un “crimen grave y peligroso sobre el que no podemos guardar silencio”.
Añadió que si Israel libra una guerra contra el Líbano, “no habrá límites ni reglas” para la respuesta de Hizbulá. “No tenemos miedo a la guerra”, dijo Nasrallah en un discurso televisado. “Quienes piensen en ir a la guerra con nosotros se arrepentirán. La guerra con nosotros tendrá un costo muy alto”, agregó.
Por su parte, el líder de Hamas, Ismail Haniyeh, que tiene su sede en Doha, la capital de Qatar, se refirió a la acción como una violación de la soberanía del Líbano y una nueva muestra de la hostilidad de Israel contra los palestinos. “Un movimiento cuyos líderes y fundadores caen como mártires de la dignidad de nuestro pueblo y nuestra nación nunca será derrotado”, dijo en un discurso televisado.
Haniyeh, considerado un objetivo principal para Israel después de los ataques del 7 de octubre lideradas por Hamas en el sur de Israel, prometió que el asesinato selectivo aumentaría la “fuerza, dureza y determinación inquebrantable” de la organización islámica radical.
Las Brigadas de Ezzeldín al Qassam, el brazo armado de Hamas, señalaron que la muerte de Al-Arouri confirma que Israel “es un peligro para la nación” y que luchar contra él es un “deber”.
Si bien el ministro de Relaciones Exteriores del Líbano, Abdalá Bu Habib, recalcó en declaraciones a la emisora británica BBC 4 que las autoridades han iniciado conversaciones con el grupo para “convencerlos” de que “no deben responder” a la muerte del “número dos” del brazo político de Hamas, el portavoz del movimiento Al Fatah, que encabeza la Autoridad Palestina, Husein Hamayel, aseguró que Israel pretende escalar el conflicto en la Franja de Gaza hacia toda la región tras matar a Al-Arouri en un ataque con dron en Beirut, la capital libanesa.
Después del asesinato del “número dos” de la oficina política de Hamas, Egipto decidió congelar su papel como mediador con las facciones palestinas para buscar una solución a la guerra en la Franja de Gaza. Los movimientos Hamas y Yihad Islámica informaron también a El Cairo de la suspensión de las negociaciones con Israel para un alto el fuego.