El número de muertos por el potente tifón que golpeó a Filipinas en Navidad ascendió a 50, convirtiéndose en la tormenta más mortífera del país en 2019, informaron este martes las autoridades.
Los vientos destructivos del tifón Phanfone y las fuertes lluvias derribaron casas endebles y destruyeron edificios comerciales principalmente en la isla central de Bisayas, afectando a más de dos millones de personas.
Al menos 80 mil personas permanecen en refugios de emergencia y podrían tener que permanecer allí hasta el Año Nuevo, dada la magnitud de la destrucción.
"Estamos tristes porque algunos de nuestros compatriotas todavía están en centros de evacuación, pero les aseguramos que continuarán recibiendo apoyo hasta que se recuperen", dijo a la AFP Mark Timbal, portavoz de la agencia nacional de desastres.
Cinco personas aún están desaparecidas y 143 personas resultaron heridas.
El balance de muertos -que el domingo era de 41- incluye a tres marineros de un barco que volcó, a un policía que murió electrocutado por un poste derribado y a un hombre golpeado por un árbol abatido por la fuerza del viento.
Localmente llamado "Úrsula", Phanfone es el ciclón número 21 en llegar a Filipinas en 2019.
Estas tempestades destruyen cosechas y viviendas, afectan gravemente la infraestructura y condenan a miles de personas a la pobreza permanente.