Las relaciones entre Reino Unido y Rusia vivieron este lunes un nuevo episodio de tensión en el marco del envenenamiento del ex espía ruso, Serguei Skripal. Mientras la primera ministra británica, Theresa May, dijo ante el Parlamento que es "altamente probable" que Rusia sea responsable del ataque y le dio a Moscú un día para explicarse. El Kremlin calificó los hechos como una "provocación" y acusó el montaje de "espectáculo circense".
El gobierno británico ha levantado la tesis de que el ataque tiene características que hacen sospechar de que Moscú esté detrás de la trama, repitiendo el modo de operar de otros casos emblemáticos de ataques a ex espías rusos que se han producido en Reino Unido, como la muerte del ex espía Alexander Litvinenko o del oligarca Boris Berezovski en 2006 y 2013, respectivamente.
Por un lado, el equipo investigador llegó a la conclusión de que la sustancia con la cual fueron atacados Skripal y su hija, ambos encontrados inconscientes en una banca en la ciudad de Salisbury el pasado 4 de marzo, se trata de un agente nervioso.
Para May, ahora hay claridad de que ambos "fueron envenenados con un agente nervioso de naturaleza militar de un tipo desarrollado por Rusia. Es parte de un grupo de agentes nerviosos conocidos como Novichok".
"Hay sólo dos explicaciones plausibles sobre lo que ocurrió en Salisbury el 4 de marzo: o fue un acto directo del Estado ruso contra nuestro país, o el gobierno ruso perdió control de este agente nervioso potencial y catastróficamente dañino", dijo May.
La teoría de los británicos coincide con lo dicho a La Tercera por Yuri Felshtinsky, historiador ruso-estadounidense que trabajó con Alexander Litvinenko, un teniente coronel del Servicio de Seguridad Federal (FSB) que murió en 2006 tras ser envenenado con polonio-210.
Felshtinsky sostiene la tesis de un "intento de castigo" contra Skripal y su familia. "Creo que no tenemos otra opción que llegar a la conclusión de que esto fue hecho por el FSB o por un grupo de inteligencia de militar de Moscú. También hay que tener en cuenta que varios miembros de su familia fueron asesinados o envenenados. Tenemos la sospecha por la muerte de su esposa en 2012, de su hijo en Moscú en 2017 y, por supuesto, su hija, que también fue envenenada junto a Skripal. Esto indica que fue una gran operación para destruir a Skripal y a cualquier persona que esté conectada a él", señaló.
La insistencia de Londres ha encontrado el rechazo de Moscú, que niega tajantemente su vinculación con el caso. Ante la pregunta de un periodista de la cadena británica BBC sobre si Rusia estaba detrás del envenenamiento de Skripal, el Presidente ruso Vladimir Putin dijo "investiguen en su país, y después discutiré con usted".
Tras la intervención de Theresa May, la portavoz del ministerio de Exteriores, ruso Maria Zajarova respondió diciendo que "esto es un espectáculo circense en el Parlamento británico. Las conclusiones son claras: una nueva campaña de propaganda informativa basada en provocaciones".
Washington, por su parte, calificó el ataque como una "atrocidad", aunque no apuntó a responsables.
Se espera que la escalada diplomática enfrente este martes un nuevo episodio. El ministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, pidió al embajador ruso en Londres que "proporcione inmediatamente una información total y completa del programa Novichok a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas". La idea es aclarar si Moscú efectivamente usó la sustancia o si ésta cayó en manos de terceros.
May dijo que el suceso no es solo un "intento de asesinato" del ex espía, sino un acto "indiscriminado y temerario contra Reino Unido que puso las vidas de civiles inocentes en riesgo".
"No toleraremos un intento descarado como esto de asesinar civiles inocentes en nuestro territorio", advirtió la primera ministra.