Al menos doce personas, incluidos diez civiles, han muerto a causa de la “extensa oleada de ataques” lanzada el miércoles por Israel tras un ataque con proyectiles perpetrado por el partido-milicia chií Hezbolá contra la ciudad israelí de Safed, que dejó un muerto, tal y como han recogido los medios libaneses.
Según ha informado el diario ‘L’Orient-Le Jour’, al menos siete personas murieron en un bombardeo contra un edificio en la ciudad de Nabatiye, todas ellas civiles. Asimismo, ha señalado que dos de los muertos son integrantes de Hezbolá.
Entre los muertos figuran además una mujer siria y sus dos hijos, ambos de nacionalidad libanesa, tras ser alcanzada su vivienda en la localidad de Suané, en Bint Yebeil.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), por su parte, ha pedido la protección “urgente” de la infancia tras estos ataques. El coordinador humanitario adjunto de la ONU para Líbano, Imran Riza, se ha mostrado “profundamente entristecido” por las víctimas, y ha instado a proteger a los niños, que “no son un objetivo”, según ha publicado en su cuenta de la red social X.
Desde Washington, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, ha mostrado su preocupación por la reciente escalada de tensiones en Líbano, y ha mostrado su disposición a seguir buscando una “solución diplomática” para evitar que el conflicto “se extienda y se agrave”.
Las tensiones entre Israel y Hezbolá, apoyado por Irán, han repuntado tras la muerte a principios de enero del ‘número dos’ de Hamás, Salé al Aruri, y otros seis miembros de la milicia palestina, incluidos dos altos cargos del brazo armado del grupo, las Brigadas Ezzeldín al Qassam, en un bombardeo achacado al Ejército israelí contra la capital libanesa, Beirut.