El peor fin de semana en años para Israel también ha sido el peor para Benjamin Netanyahu, el histórico líder y primer ministro de ese país. Si ya desde antes de los ataques de Hamas de este sábado “Bibi” enfrentaba protestas por su polémica reforma judicial, ahora son muchas las voces que lo critican a causa de su gestión del conflicto palestino.
Ya con los ataques y buscando una mayor gobernabilidad en un momento de emergencia y crisis, la coalición gobernante que lideran él y su partido, Likud, llamó a formar un “gobierno de unidad nacional” para enfrentar la guerra, lo que de momento se está negociando y ha sido bien aceptado por los partidos más importantes de la oposición.
Habiendo vuelto al cargo de primer ministro en diciembre de 2022, Netanyahu lleva un año particularmente revuelto: una serie de protestas y huelgas generales han afectado al país luego de que se anunciara una reforma judicial que le quitaba poderes a la Corte Suprema.
Ya teniendo más de 15 años en el cargo, repartidos en distintos períodos, gran parte de la figura de Netanyahu se lucía con la gestión militar en seguridad nacional, cuando llegaba la hora de las elecciones. Con el ataque de Hamas este sábado, sorpresivo y dañino como lo fue, esta “fortaleza” de su gestión quedó en entredicho.
Para los críticos al primer ministro y su gobierno de extrema derecha, aún siendo inesperado, el ataque estaba dentro de las posibilidades. El periodista israelí Yuval Sade, de Calcalist, escribió al respecto: “Las Fuerzas de Defensa de Israel han estado advirtiendo durante meses sobre una baja en la preparación, una disminución en la capacidad de disuasión y la posibilidad de un estallido en múltiples frentes. El gobierno respondió despreciando esas preocupaciones y echándole gasolina al fuego”.
La coronel (R) Miri Eisin, del Instituto Internacional de Contraterrorismo de Israel, indicó como un “fracaso colosal” la manera en que los servicios de inteligencia no detectaron el ataque que se venía por parte de Hamas. “Las voces críticas saldrán, pero no es el foco ahora mismo en Israel. Tenemos que atravesar esta guerra, y de ahí empezaremos a señalar con el dedo. Será duro y horrible, pero primero tenemos que estabilizarnos”, señaló a Al Jazeera.
El error de cálculo que permitió este ataque y el descuido de la frontera con Gaza serán difícilmente perdonables: el “11 de septiembre israelí”, como muchos ya lo están llamando, podría incluso llevar a que se repita lo ocurrido cincuenta años atrás. En 1974, terminada la guerra de Yom Kippur, una comisión investigadora de los errores en defensa previos al conflicto terminó llevando a la dimisión de la entonces primera ministra, Golda Meir.
Uno de los diarios más importantes de Israel, Hareetz, no duda en achacar la responsabilidad del desastre a una persona: Benjamin Netanyahu. “Falló completamente en identificar los peligros a los que estaba llevando conscientemente a Israel, al establecer un gobierno de anexión y desposesión, cuando nombró a Belazel Smotrich e Itamar Ben-Gvir en puestos clave, al mismo tiempo que ejecutaba una política exterior que ignoraba abiertamente la existencia de los derechos de los palestinos”, indicó un editorial del medio.
También haciendo una comparación con la guerra de Yom Kippur, el diario asegura que Netanyahu intentará evadir su responsabilidad, echándoles la culpa de la infiltración de Hamas a la inteligencia militar y al Shin Ben, el servicio de inteligencia y seguridad general interior de Israel. “Despreciaron al enemigo y sus capacidades militares ofensivas. En los próximos días y semanas, cuando salgan a la luz la profundidad de las Fuerzas de Defensa de Israel y las fallas de inteligencia, seguramente surgirá una demanda justificada de reemplazarlas y hacer un balance”, aseguraron desde Hareetz.
El diplomático israelí Alon Pinkas, por su parte, escribió en una columna que Benjamin Netanyahu debería ser removido como primer ministro inmediatamente, y no después de la guerra, aunque tiene pocas esperanzas de que eso ocurra. “Nadie espera que dimita, no solo porque carece de la decencia y la integridad para hacerlo después del que posiblemente sea el peor día de la historia de Israel. También se debe a los cargos penales que enfrenta. Renunciar es contraproducente para sus intereses personales y son ellos, no el Estado de Israel, los que cuentan”, opinó Pinkas.
“Netanyahu, el hombre que hace apenas unos años prometió ‘eliminar a Hamas’, no ha hecho nada. Absolutamente nada. Ha fortalecido efectivamente a Hamas, permitiendo que decenas de millones de dólares del Golfo se canalizaran hacia el grupo terrorista, para hacer implosionar a la Autoridad Palestina y poder proceder con la anexión”, acusó el diplomático.
El mismo día del ataque, Netanyahu y sus rivales políticos, los líderes de la oposición Yair Lapid y Benny Gantz, bosquejaron en público la idea de un gobierno amplio de emergencia. Esa idea tomó fuerza, y ya en las últimas horas hubo una reunión entre Gantz y Netanyahu en esa dirección.
Con esto, se reemplazaría una administración que ha sido vista por muchos como uno de los gobiernos más derechistas en la historia de Israel, tanto en su agenda internacional como nacional. La reforma al Poder Judicial, que básicamente lo sometía al Ejecutivo, fue fuertemente contestada por los israelíes: la propuesta eliminaba las trabas que el Tribunal Supremo ponía a algunas de sus políticas, pero también le garantizaba inmunidad frente a los cargos de corrupción que el primer ministro arrastra de hace años.
Con la serie de protestas, uno de los colectivos que más se opusieron a la reforma fue el de los reservistas del Ejercito, generando alarma por el peligro de seguridad que implicaba. Ya en julio, un militar de alto rango, Homer Bar, de la Fuerza Aérea, aseguró que “los enemigos de Israel podrían buscar” aprovecharse de la crisis política nacional, y llamó a las fuerzas a estar “vigilantes y preparadas”. “El enemigo podría intentar probar las fronteras”, indicó Homer Bar, citado por Business Insider.
Sin embargo, el ataque de Hamas “apagó”, de momento, las manifestaciones por la reforma judicial, y los reservistas que estaban en la lucha contra la reforma ya acuden al llamado a las armas que han hechos las fuerzas israelíes. De hecho, los organizadores de las protestas cancelaron inmediatamente las que estaban agendadas el sábado, en el momento en que tuvieron lugar los ataques.