Las autoridades de la Franja de Gaza, controlada por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), han realizado hoy martes “un llamado urgente” a cualquiera que tenga combustible para que contacte inmediatamente con el Ministerio de Salud gazatí, ante el riesgo de que los centros médicos y hospitales queden sin suministros, lo que pondría en peligro la vida de miles de heridos y enfermos.

“Las admisiones en hospitales están en un estado de colapso virtual a causa de los cortes de electricidad”, explicó el portavoz del ministerio, Ashraf al Qidra, quien ha pedido a los dueños de gasolineras y a todos los palestinos residentes en el enclave que tengan “cualquier litro” de combustible que se contacten con las autoridades o llamen a un teléfono gratuito, según un mensaje publicado en la cuenta en la red social Facebook de la cartera gazatí.

Horas antes, el Turkish Friendship Hospital, el único centro oncológico en el enclave palestino, ha suspendido gran parte de sus servicios a causa de la escasez de combustible y ha alertado de que tendrá que parar todas sus actividades en 48 horas, según su director, Sobhi Skik, mientras que la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) ha indicado que “se espera que las reservas de combustible en todos los hospitales de Gaza duren otras 24 horas”.

“El apagado de los generadores de apoyo pondría en grave riesgo la vida de miles de pacientes”, alertó el organismo, que ha subrayado que “se necesitan 600.000 litros de combustible al día en Gaza para operar las plantas de agua y desalinización” y ha recalcado que “el agua sigue siendo clave, ya que la gente empezará a morir si no tiene agua”, en medio de la escasez causada por el “cerco total” impuesto por Israel al enclave, que impide la entrada a comida, agua, electricidad y combustible, entre otras cosas.

En esta misma línea, desde el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, han advertido que las reservas de comida en la Franja de Gaza se agotarán en menos de una semana. Ante esta situación, la organización tiene ya preparados en la zona norte de Egipto o de camino más de 300 toneladas de ayuda en caso de que se anuncie finalmente algún tipo de acuerdo político sobre la reapertura del paso de Rafah, el único que no está controlado por Israel.

Esta comida, que no requiere en ningún caso de cocina -incluye galletas con nutrientes específicos, latas y barritas energéticas, entre otros productos-, serviría para alimentar a unas 244.000 personas, y se sumaría a una ayuda en la Franja que comienza a agotarse por el endurecimiento del bloqueo tras los ataques de Hamás el 7 de octubre.

La directora del PMA para Oriente Próximo, Corinne Fleischer, ha reclamado en un comunicado que esta ayuda pueda entrar en Gaza para ser repartida de manera “inmediata”. “Y no sólo una vez. Necesitamos un acceso mantenido”, ha declarado, al advertir de una situación “catastrófica” en la que, “cada día que pasa, hay más gente al borde de la inanición”.