Las autoridades etíopes, el fabricante del Boeing y otras entidades internacionales colaborarán en la investigación de la caída del avión que se accidentó el domingo en Etiopía, informó la aerolínea.
El comunicado de Ethiopian Airlines también dijo se ha contactado a los familiares de las 157 víctimas mortales y que los restos serán devueltos a sus países una vez que sean identificados.
El primer ministro de Etiopía expresó su "profunda tristeza" y ordenó una investigación completa y "todo el apoyo necesario" para las familias de los fallecidos, informó su oficina.
El avión se estrelló seis minutos después del despegue del aeropuerto Bole en Adís Abeba en dirección a la capital de Kenia, Nairobi. La aerolínea publicó una nueva lista de víctimas entre las que hay 35 diferentes nacionalidades.
Alemanes, rusos, austriacos, suecos, españoles, israelíes, están entre los muertos. Además de los 18 canadienses, ocho chinos, ocho estadounidenses, ocho italianos, siete franceses, siete británicos, cinco holandeses, cuatro indios y cuatro eslovacos de los que se había informado previamente.
Por el momento no estuvo claro qué causó el siniestro del Boeing 737-8 MAX, que era nuevo y había sido entregado a la compañía en noviembre, según los registros.
Ethiopian Airlines, de propiedad estatal y que está considerada ampliamente la aerolínea mejor gestionada de África, se autoproclama la mayor del continente y ambiciona convertirse en su puerta de entrada.
El siniestro ocurrió cerca de Bishoftu, o Debre Zeit, a unos 50 kilómetros (31 millas) al sur de la capital etíope a las 08:44 de la mañana, agregó.
El avión mostró una velocidad vertical inestable tras el despegue, señaló Flightradar 24, un grupo que monitorea al tráfico aéreo, en Twitter. La visibilidad de la zona parecía ser clara.
El último accidente mortal de un avión de pasajeros de Ethiopian Airlines fue en 2010, cuando uno de sus aparatos se estrelló minutos después de despegar de Beirut matando a las 90 personas a bordo.
El siniestro del domingo se produjo tras la promesa del primer ministro, el reformista Abiy Ahmed, a abrir la aerolínea y otros sectores a la inversión extranjera en una importante transformación de la economía etíope, controlada por el gobierno.