Fue en medio de la campaña, y rápidamente lo callaron. Según Axel Kicillof, el peronismo tenía que “componer una nueva canción”: “Perón, Evita, Néstor y Cristina (…) creo que tenemos que ir dándole un carácter de época y generacional nuevo. No podemos vivir más, y no es justo que vivamos más, de ellos”. Esa proposición, ignorada y rechazada por Máximo Kirchner hace unos meses, parece hacer más sentido a la luz de los resultados de la segunda vuelta presidencial de este domingo en Argentina.

El recambio lo anunció el candidato derrotado, Sergio Massa, mientras aseguraba que se “termina una etapa” en su vida. Hay un grupo de militantes, aseguró, que “tienen la convicción y el valor de defender el país inclusivo que creemos”, y pidió “que vengan las nuevas generaciones y el cambio generacional que necesitamos”.

A pesar de la derrota del peronismo frente a Milei, un bastión importante quedó de las elecciones de la primera vuelta: en tanto gobernador de Buenos Aires, y hasta 2027, Axel Kicillof será el referente con mayor función ejecutiva en el país, en una provincia que concentra el 50% del PIB del país, el 40% de la población y el 37% de electores.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, recibiendo la primera dosis de la vacuna Sputnik V. Foto: Twitter

En la noche de la derrota, precisamente, Kicillof fue la gran voz del peronismo, cuando tanto Cristina Kirchner como Alberto Fernández mantuvieron silencio. Por un lado, reconoció el triunfo del libertario, pero también mantuvo con firmeza la posición de su provincia: “La mayoría de los bonaerenses ratificó el proyecto en favor de los derechos, la producción, el trabajo y de un futuro mejor para todos”.

En esa misma dirección, también señaló: “A 40 años de la recuperación de la democracia, también quiero ratificar nuestro juramento de respetar y hacer respetar la Constitución nacional, la de nuestra provincia y nuestro compromiso irrestricto con la memoria, la verdad y la justicia”.

Todos los medios argentinos coinciden: si Cristina y Máximo Kirchner no aparecen, es la figura de Axel Kicillof la que comienza a cobrar peso, asomándose como el potencial líder del espacio político. A su favor, tiene la contundente victoria que obtuvo en octubre, cuando fue reelecto en la provincia con más de 20 puntos porcentuales de distancia con el segundo candidato. A eso se le suma el tamaño de la provincia, y la posibilidad de que su gestión sea bien valorada entre los bonaerenses.

Ahora, de los 23 gobernadores de las provincias argentinas, menos de 10 pertenecen al espacio “peronista”: Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Sáenz (Salta), Raúl Jalil (Catamarca), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Ricardo Quintela (La Rioja), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego). Según Infobae, ninguno de estos gobernadores tiene tanta proyección a nivel nacional como sí la tiene Kicillof. Así, se espera que la provincia de Kicillof sea el “faro de la resistencia” durante el gobierno del libertario.

Además, será la primera vez en más de 20 años en que el gobernador de Buenos Aires sea de distinto signo político al presidente del país. La última vez que se registró este curioso antecedente fue en 1999 con Fernando de la Rúa y Carlos Ruckauf: ambos estuvieron en el poder hasta el estallido de diciembre de 2001.

Alex Kicillof junto a Alberto Fernández. Foto: AP

A pesar de los festejos de la primera vuelta, Axel Kicillof había incluso advertido a su sector de que “la campaña no había terminado”. En reuniones de los comandos peronistas, el gobernador habría dejado claro en distintas ocasiones que, vista la ventaja de Milei en el resto del país, la provincia de Buenos Aires tenía que darle una ventaja de 20% a Massa para asegurar la victoria nacional. A pesar de los esfuerzos hechos en la provincia, Massa no alcanzó la ventaja deseada ahí: 50,73% contra 49,26%.

Hace poco Kicillof había alertado: “Todo lo que prometimos hacer en la provincia de Buenos Aires corre riesgo si gana Milei”. “Los cambios que necesita el país son drásticos, no hay lugar para el gradualismo ni para la tibieza”, dijo en su discurso de victoria, en tanto, el libertario.

Uno de los temores que se tiene desde el gobierno de Kicillof es que, bajo la administración de Milei, se corten los fondos que financiarían los planes de gestión. Desde el equipo de Milei ya habían dicho que se recortarían los Aportes del Tesoro Nacional, siendo este tipo de fondo uno que financiaba de manera importante a la provincia de Buenos Aires.

Seguidores de Milei en Buenos Aires. Foto: Reuters

Una columna del diario Página/12 se preguntaba por la posibilidad que tenga o no Milei, entre mantener los aportes a la provincia de Buenos Aires o ahogarlos: “Una respuesta inicial diría que optaría por el segundo camino. Pero aquí aparece la historia: ¿un gobierno nacional puede asfixiar no solo a la provincia, sino al Gran Buenos Aires sin que explote, y sin que esa explosión salpique con sus esquirlas la estabilidad general?”.

De todos modos, luego de su reelección en octubre, Kicillof esperaba el resultado de este domingo para definir su gabinete en el gobierno de la provincia. Ahora que sabe que no habrá gobierno nacional para el peronismo, “ahora el kirchnerismo tiene en su poder solo los puestos de la administración bonaerense para distribuir entre sus dirigentes”, indica La Nación.