Azerbaiyán anunció el miércoles la detención de sus acciones militares en la región separatista de Nagorno-Karabaj después de que las fuerzas separatistas armenias se rindieron y aceptaron un alto el fuego cuyos términos indicaban que la zona volvería al control de Bakú.
Según el acuerdo, confirmado por ambas partes y efectivo a partir de las 09.00 GMT del miércoles, las fuerzas separatistas se disolverán y desarmarán, y el jueves comenzarán las conversaciones sobre el futuro de la región y de la etnia armenia que vive en ella.
Karabaj, una zona montañosa situada en la inestable región del Cáucaso Sur, está reconocida internacionalmente como territorio azerbaiyano, pero parte de ella ha estado en manos de autoridades armenias separatistas que afirman que la zona es su patria ancestral.
Temerosos de lo que les pueda deparar el futuro, multitud de armenios se dirigieron al aeropuerto de Stepanakert, la capital de Karabaj, conocida como Jankendi por Azerbaiyán. Otros se refugiaron con las tropas rusas de mantenimiento de la paz.
Azerbaiyán, que el martes envió tropas respaldadas por ataques de artillería a Karabaj en un intento de doblegar a la región separatista, afirmó que tiene previsto integrar a los 120.000 armenios étnicos de la zona y que sus derechos estarán protegidos por la Constitución.
No obstante, algunos armenios -dado que la región ha vivido dos guerras desde la caída soviética en 1991- se muestran escépticos y la vecina Armenia acusa a Azerbaiyán de intentar una limpieza étnica del territorio, algo que Bakú niega.
“Básicamente nos están diciendo que tenemos que marcharnos, que no nos quedemos aquí o que aceptemos que esto es parte de Azerbaiyán; se trata básicamente de una típica operación de limpieza étnica”, declaró a Reuters Ruben Vardanyan, exalto cargo de la administración de etnia armenia de Karabaj.
Según indicó, cerca de 100 personas habían muerto y cientos más habían resultado heridas en los enfrentamientos. Reuters no pudo comprobarlo.
La victoria militar de Azerbaiyán, cuyas fuerzas -apoyadas por Turquía- superaban con creces a las de los separatistas, podría causar agitación política en la vecina Armenia, donde algunas fuerzas políticas están molestas porque Ereván no pudo hacer más para proteger a los armenios de Karabaj.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, recibió el miércoles peticiones de dimisión por parte de algunos opositores.
Algunos armenios también están furiosos porque Rusia, que tiene fuerzas de paz sobre el terreno y ayudó a negociar un acuerdo de alto el fuego en 2020 tras una guerra de 44 días, no fue capaz de detener a Azerbaiyán.