Cuando aún resuenan los ecos de las críticas por su polémica visita a China, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, centró su atención ahora en la situación en Ucrania. Ante el Consejo de Derechos Humanos, la exmandataria expresó su preocupación sobre reportes de niños ucranianos que han sido “deportados a la fuerza” del asediado flanco oriental del país y llevados a Rusia para su adopción. Asimismo, entregó un duro balance del sitio del Ejército ruso a la ciudad de Mariupol.
Bachelet informó el miércoles al Consejo de Derechos Humanos que su oficina investiga las denuncias acerca de niños sacados de orfanatos en Donbás. Sin embargo, reconoció que “aún no puede confirmar estas alegaciones ni la cantidad de niños que se podrían encontrar en tal situación”, dijo.
Pero la alta comisionada explicó ante el consejo: “Nos preocupan los supuestos planes de las autoridades rusas para permitir el traslado de niños de Ucrania a familias en la Federación de Rusia. Estas medidas no parecen incluir políticas para la reunificación familiar ni contemplar los mejores intereses de los niños”. “Seguiremos de cerca el tema”, agregó.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en los orfanatos, internados y otras instituciones para jóvenes de Ucrania había más de 91.000 niños antes de la invasión rusa del 24 de febrero.
En un comunicado, la agencia de la ONU notificó que estaba al tanto de los informes que mencionan que Rusia “podría estar modificando la legislación existente para facilitar la adopción rápida” de huérfanos en el Donbás.
“Unicef cree que la adopción nunca debe ocurrir durante o inmediatamente después de las emergencias. No se puede asumir que los niños separados de sus padres durante una emergencia humanitaria sean huérfanos. Deben darse todas las oportunidades para la reunificación familiar”, indicó la agencia de la ONU.
No se puede asumir que tales niños sean huérfanos, y “cualquier decisión de mover a cualquier niño debe basarse en su interés superior y cualquier movimiento debe ser voluntario”, dijo Asfhan Khan, directora regional para Europa y Asia Central de Unicef, quien insistió en que “los padres deben dar su consentimiento informado”.
“Con respecto a los niños que han sido enviados a Rusia, estamos trabajando de cerca para ver con los defensores del pueblo y las redes cómo podemos documentar mejor esos casos”, señaló Khan, tras agregar que actualmente no había acceso a esos niños.
El miércoles, en una conferencia de prensa en Kiev, la Comisión de Investigación sobre Ucrania, creada a petición de los Estados miembros en marzo por el Consejo de Derechos Humanos, dijo que los testimonios que había recibido indicaban que “hay un número significativo de niños desaparecidos en territorios ocupados temporalmente, en particular niños de instituciones”.
Por el momento, “no hay pruebas claras” sobre la cantidad de jóvenes desaparecidos de los centros estatales, y es muy difícil confirmar los informes que reportan que los niños han sido llevados a Rusia y se les ha otorgado la ciudadanía, afirmó Jasminka Dzumhur, una de las tres investigadoras que componen el panel.
Khan, en tanto, visitó Kiev, Irpin, Bucha, Zhytomyr y Lviv, donde vio el impacto de la guerra en los 7,5 millones de niños del país. “Los números son asombrosos y vale la pena repetirlos. Casi dos tercios de los niños de Ucrania están desplazados, ya sea que se encuentren dentro del país o que hayan huido a través de las fronteras como refugiados”, detalló. La funcionaria de Unicef afirmó que 277 murieron y 456 resultaron heridos, aunque es probable que las cifras sean una subestimación.
“Situación humanitaria devastadora”
En su reporte de este jueves ante el Consejo de Derechos Humanos, Bachelet volvió a tocar el conflicto en Ucrania. Según la alta comisionada, el sitio del Ejército ruso a la ciudad ucraniana de Mariupol dejó al menos 1.348 civiles muertos, incluidos 70 niños, y el 90% de los edificios residenciales dañados.
Entre febrero y finales de abril, Mariupol fue probablemente el lugar más mortífero de Ucrania. “La intensidad y el alcance de las hostilidades, la destrucción y los muertos y heridos sugieren claramente que se han producido graves violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos”, sostuvo Bachelet.
Es probable que el número real de civiles muertos sea miles de veces mayor, añadió la Bachelet, quien explicó que su oficina aún no tiene acceso a la ciudad, ahora controlada por las tropas rusas y grupos afines. Se han encontrado cadáveres en fosas individuales o colectivas improvisadas en patios, calles y parques, en casas y departamentos sin vigilancia. Muchos aún no han sido enterrados.
Se calcula que hasta el 90% de los edificios residenciales han sido dañados o destruidos, así como hasta el 60% de las casas particulares. Unas 350.000 personas se han visto obligadas a abandonar la ciudad, detalló el sitio de noticias de la ONU.
“La situación humanitaria es devastadora”, dijo Bachelet, que puso el ataque aéreo ruso contra el teatro de Mariupol, el 16 de marzo, como uno “de los ejemplos más mortíferos y representativos de los daños causados a la población civil”. En el teatro había cientos de civiles escondidos en su interior con carteles que decían claramente “niños”, visibles desde el cielo.