La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó el martes su preocupación por la represión de las manifestaciones prodemocracia en Hong Kong y reclamó una "investigación imparcial".

Según indicó el portavoz Rupert Colville durante una rueda de prensa en Ginebra, Bachelet condenó "cualquier forma de violencia [...] y exige a las autoridades hongkonesas abrir una investigación rápida, independiente e imparcial" sobre el comportamiento de las fuerzas de seguridad.

La expresidenta de Chile recordó que el derecho a la libertad de expresión y a la concentración pacífica, así como el derecho a participar en los asuntos públicos, están reconocidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en la Ley Fundamental que rige Hong Kong.

Pero señala que su oficina cuenta con "pruebas creíbles que muestran que agentes de las fuerzas del orden hicieron uso de sus armas de una manera prohibida por las normas internacionales".

La Alta Comisionada cita especialmente disparos de granadas lacrimógenas "en zonas pobladas y limitadas, directamente contra manifestantes con el riesgo considerable de matar o de herir gravemente".

"La Oficina pide expresamente a las autoridades de Hong Kong investigar inmediatamente estos incidentes y actuar con moderación para que los derechos de los que expresan sus opiniones pacíficamente sean respetados y protegidos", indicó el portavoz.

El movimiento de protesta, iniciado en junio contra un proyecto de ley hongkonés para autorizar las extradiciones hacia China, ha extendido sus reivindicaciones para denunciar un deterioro de las libertades y las injerencias de Pekín en los asuntos internos.