A 14 meses de los comicios presidenciales en Estados Unidos, Donald Trump "debería" empezar a preocuparse por el nivel de apoyo que posee actualmente y que influirá en los comicios de noviembre de 2020, en los que se juega su reelección. Al menos así lo sostienen los medios estadounidenses, que han replicado una serie de encuestas que dan cuenta de una baja en la popularidad del Presidente republicano.
Si bien la mayoría de los sondeos sitúa la aprobación de Trump cercana al 40% -RealClearPolitics promedia el apoyo de los ciudadanos frente a su gestión presidencial en 43% a la fecha-, un nuevo sondeo reflejó un escenario más pesimista para el gobernante, aunque no en todos los ámbitos.
La encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research reveló ayer que aproximadamente 6 de cada 10 estadounidenses desaprueban el desempeño de Donald Trump, mientras que un 36% aprueba su gestión, a dos años y medio de su llegada a la Casa Blanca.
"Trump no está en buena forma para la reelección en 2020. Pero también Trump desafía la historia y todas las viejas reglas. Por lo tanto, es demasiado temprano para sacarlo de competencia", dijo a La Tercera el encuestador y analista estadounidense John Zogby.
De todas formas, el experto advierte que los resultados de esta última encuesta son atípicos, aunque apunta a que hay que esperar para ver si esa aprobación por debajo del 40% se convierte en una tendencia o bien se mantiene como un sondeo atípico.
Así, los expertos y los medios han señalado que a esta altura de su mandato, las posibilidades para Trump, con una aprobación que roza el 40%, parecen acotarse en comparación a otros presidentes que lograron la reelección, aunque todavía todo puede pasar de aquí a noviembre de 2020.
La estadística apunta a que todos los mandatarios que han sido reelectos tuvieron una aprobación sobre el 50% al momento de los comicios.
Según Bloomberg, Trump está un poco por detrás de Ronald Reagan y Barack Obama si se compara el mismo período en la primera parte de sus mandatos. Pero Obama repuntó a cerca del 50% de aprobación justo el día de la elección, mientras que Reagan lo hizo por sobre el 55%.
Pero también puede pasar todo lo contrario: en agosto de 1991, George H.W. Bush tenía una aprobación de casi el 70%, pero tras la recesión económica se hundió en las encuestas y no logró un segundo mandato.
Los analistas coinciden en que una recesión podría ser fatal para Trump, pese a que la economía es su gran aliado en las encuestas. Si aquello sucede, como adelantan algunos indicadores, Trump perdería al 9% de los votantes que lo aprueban en ese sector (46%), según una encuesta de CNN.
"No le ayuda a Trump hablar tanto sobre una recesión. Retrocedió en los recortes de impuestos para estimular la economía porque al sugerir que pediría más recortes de impuestos, se arriesgó a admitir que una recesión está en camino y los recortes de impuestos asustarían a muchos conservadores", sostiene Zogby.
Al mismo tiempo, los índices de aprobación a Trump han subido en áreas como inmigración, salud, política de armas y relaciones exteriores. Para el analista estadounidense del Claremont McKenna College, John Pitney, el tema es más simple: "Trump podría mejorar sus números si tuitea menos y elige sus palabras con más cuidado".
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