Intensas balaceras estallaron este jueves en Beirut durante una protesta organizada por Hezbollah contra el juez que investiga la explosión portuaria del año pasado, violencia que dejó al menos seis muertos y docenas de heridos.

Los enfrentamientos, los peores en la capital libanesa en años, ocurrieron a lo largo de la línea de combate de la guerra civil librada de 1975 a 1990. En ellos se usaron pistolas, fusiles automáticos y lanzagranadas, lo que trajo a la memoria ese conflicto.

Los balazos se escucharon durante horas, y las ambulancias se apresuraron a atender a las víctimas. Había francotiradores apostados en edificios. Las balas penetraron las ventanas de los apartamentos, las escuelas fueron evacuadas y los residentes se ocultaron en refugios.

El caos generó temores de que vuelva a surgir la violencia sectaria en un país que ya atraviesa una gran cantidad de problemas, incluyendo una de las peores crisis económicas del mundo en los últimos 150 años.

De momento se desconoce quién inició los tiroteos, que comenzaron poco después de que empezara la protesta. Ésta fue organizada por el grupo Hezbollah, respaldado por Irán, y sus aliados chiíes del Movimiento Amal en contra del juez Tarek Bitar, quien encabeza la pesquisa en torno a la enorme explosión ocurrida en el puerto el año pasado. El Hezbollah y sus aliados acusan al juez de señalar a políticos para que sean interrogados, la mayoría de ellos aliados del Hezbollah.

Las tensiones en torno al estallido en el puerto han contribuido a los muchos problemas de Líbano, incluyendo un colapso monetario, hiperinflación, pobreza desbordada y una crisis energética que ha desatado apagones prolongados.

Funcionarios de los dos partidos chiíes, incluyendo el líder del Hezbollah, Hassan Nasrallah, han arremetido contra Bitar durante días, acusándolo de politizar la investigación al aplicarles cargos y citar a algunos funcionarios y no a otros. Quieren que se le retire del caso.

Hasta el momento no se ha acusado a ningún funcionario del Hezbollah en la pesquisa de 14 meses.

La investigación se centra en los cientos de toneladas de nitrato de amonio que fueron almacenados indebidamente en una bodega del puerto y que explotaron el 4 de agosto de 2020. El estallido cobró la vida de al menos 215 personas, dejó heridas a miles y destruyó partes de los vecindarios cercanos. Fue una de las mayores explosiones no nucleares de la historia y devastó aún más a un país agobiado por divisiones políticas y problemas financieros.