Se está gestando una pelea en Washington, D.C., por el alcohol.
Durante casi tres décadas, las pautas dietéticas federales han dicho que es seguro que los hombres tomen dos o menos tragos al día y que las mujeres tomen uno. Eso podría cambiar el próximo año cuando los departamentos de Agricultura (USDA) y Salud y Servicios Humanos (HHS) actualicen las recomendaciones que forman parte de las pautas dietéticas federales.
Por primera vez, las orientaciones sobre el consumo de alcohol se consideran por separado de las directrices dietéticas. Esto ha desencadenado una lucha para establecer las nuevas reglas del juego. Las agencias gubernamentales, la industria del alcohol y sus aliados en el Capitolio se han enfrentado sobre cuánta información sobre el proceso debe divulgarse y quién debe dar forma a las recomendaciones finales.
Los funcionarios de la industria del alcohol y los lobistas han enviado materiales a funcionarios gubernamentales cuestionando los métodos de investigación de los científicos que redactan las recomendaciones. Las empresas de alcohol han gastado millones de dólares haciendo lobby a los legisladores, más de una docena de los cuales escribieron al HHS y al USDA el 30 de mayo exigiendo más información sobre el proceso.
“No queremos que estas agencias tomen decisiones arbitrarias que no estén basadas en ciencia real”, dijo el representante Andy Barr (republicano por Kentucky), copresidente del Bourbon Caucus, un grupo bipartidista de legisladores. El grupo fue fundado en 2009 por un legislador de Kentucky, que se considera la cuna del bourbon, y actualmente cuenta con unos 40 miembros.
Orientar a los estadounidenses a beber menos sería un duro golpe para una industria que ya está perdiendo algunos clientes. Las generaciones más jóvenes se han alejado del alcohol por motivos de salud. Por primera vez, Estados Unidos tiene más consumidores diarios de cannabis que consumidores de alcohol.
“Si quieren que bebamos dos cervezas a la semana, francamente, pueden besarme el trasero”, comentó el senador Ted Cruz (republicano por Texas) en Newsmax en agosto sobre la posibilidad de reducir las pautas de consumo de alcohol.
La representante Diana Harshbarger (republicana por Tennessee), miembro del Bourbon Caucus, preguntó al secretario del HHS, Xavier Becerra, en una audiencia en abril por qué las recomendaciones requieren aportes de dos paneles: uno organizado por el HHS y el otro financiado por el Congreso. Dijo que lo investigaría. Un funcionario del HHS señaló que los paneles están utilizando diferentes métodos para analizar diversas preguntas sobre el efecto del alcohol en la salud.
Otros grupos comerciales han enviado cartas a la administración de Joe Biden solicitando más información sobre el panel del HHS y cuestionando los motivos de algunos de sus expertos científicos.
El panel de seis miembros del HHS incluye a tres investigadores cuyos estudios han demostrado que cualquier cantidad de alcohol puede ser perjudicial: Tim Naimi, director del Centro Canadiense sobre Uso de Sustancias y Adicción; Jürgen Rehm, científico senior del Centro de Adicciones y Salud Mental; y Kevin Shield, un científico independiente que dirige un centro sobre adicciones de la Organización Mundial de la Salud.
Su investigación ha llevado a media docena de países a recomendar que lo mejor es menos alcohol. El Centro Canadiense sobre Uso de Sustancias y Adicción recomendó a los funcionarios de salud en 2023 que las personas deberían tomar dos tragos o menos por semana para reducir los riesgos para la salud. Canadá había dicho anteriormente que 15 tragos a la semana para los hombres y 10 tragos a la semana para las mujeres presentaban un riesgo bajo para la salud.
La OMS dijo el año pasado que ninguna cantidad de alcohol es segura, basándose en gran medida en la evidencia de que causa cáncer. La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasifica el alcohol como un carcinógeno con un perfil de riesgo similar al del amianto, la radiación y el tabaco.
“Está ampliamente aceptado que el alcohol es carcinógeno”, especialmente para las personas que toman tres o cuatro tragos al día, aseguró Christian Abnet, de la rama de epidemiología metabólica del Instituto Nacional del Cáncer. Menos seguro, dijo, es si el riesgo de cáncer aumenta con el primer trago.
En 2020, un subcomité del panel federal que asesora sobre pautas dietéticas instó al gobierno a reducir los límites de consumo de alcohol, diciendo que tanto hombres como mujeres no deberían consumir más de una bebida al día. Los funcionarios federales determinaron en 2020 que no había suficiente evidencia para respaldar el cambio.
Estudios recientes han corroborado los peligros del alcohol. La IARC publicó un estudio en el New England Journal of Medicine en diciembre que demuestra que reducir o suspender el consumo de alcohol puede reducir los riesgos de cáncer oral y de esófago.
Los partidarios de la industria del alcohol han señalado otras investigaciones que sugieren que las personas que beben con moderación viven tanto o más que los no bebedores y mucho más que las personas que beben en exceso. Decirle a la gente que no existe un nivel seguro de alcohol para consumir podría empujarlos a ignorar la guía, dijo Amanda Berger, vicepresidenta de ciencia del Consejo de Bebidas Alcohólicas de Estados Unidos.
Naimi, Shield y Rehm han dicho que las fallas en investigaciones anteriores enmascararon los peligros del alcohol. Por ejemplo, debido a que muchos exbebedores tienen problemas de salud debido al consumo excesivo de alcohol, incluirlos como no bebedores puede aumentar los resultados de salud negativos asociados con las personas que no beben, dijeron los tres científicos.
“Estoy tratando de informar a los políticos con la mejor ciencia posible”, dijo Rehm.
Naimi coescribió un estudio en JAMA Network Open en marzo de 2023 que encontró que el alcohol no hace que las personas vivan más. Él y sus coautores revisaron más de 100 estudios sobre el efecto del alcohol en casi cinco millones de personas y encontraron que ninguna cantidad de consumo de alcohol hacía que las personas vivieran más que las personas que nunca bebían.
El representante Jim Costa (demócrata por California), que representa a los enólogos del Valle de San Joaquín, dijo que recomendar que la gente deje de beber alcohol ignora su valor con moderación.
“En muchas culturas, el vino siempre ha sido parte de la dieta”, afirmó.