El Presidente estadounidense, Joe Biden, se refirió en una entrevista con la cadena ABC al informe de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional donde se indicaba que hubo intentos de Rusia e Irán para socavar su candidatura en las elecciones de 2020 en favor de Donald Trump.
En ese sentido, al Mandatario advirtió que su par ruso, Vladimir Putin, deberá “pagar las consecuencias” si se comprueba su intervención en los comicios.
Por otro lado, al ser interrogado sobre si piensa que el presidente ruso “es un asesino”, Biden respondió: “Sí, lo pienso”.
Las declaraciones del presidente estadounidense, tuvieron respuesta inmediata y fue calificado por el titular de la Cámara Baja del parlamento (Duma), Vyasheslav Volodin, como un “ataque” contra Rusia.
“Biden insultó a los ciudadanos de nuestro país con su declaración”, escribió Volodin en su canal de Telegram, y agregó que los ataques a Putin son “ataques a nuestro país”.
Además, Rusia anunció el miércoles que había llamado a su embajador en Washington para consultas, aunque aseguró que quería evitar la “degradación irreversible” de las relaciones con Estados Unidos.
El presentante diplomático Anatoli Antonov fue llamado a consultas “para analizar qué hay que hacer o hacia dónde hay que ir”, indicó el ministerio de Relaciones Exteriores, después de que el presidente Joe Biden dijera que su homólogo ruso Vladimir Putin es un “asesino”.
El reporte de Inteligencia
El informe de 15 páginas, publicado por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, añadió peso a acusaciones anteriores de que algunos de los principales lugartenientes de Trump estaban haciendo el juego a Moscú al amplificar las afirmaciones contra el entonces candidato Joe Biden por figuras ucranianas vinculadas a Rusia, en el período previo a las elecciones del 3 de noviembre.
Además, añadió nuevas conclusiones de que Putin supervisó o al menos aprobó la intromisión en las elecciones para beneficiar a Trump.
También encontró otros intentos extranjeros para influir en los votantes estadounidenses en 2020, incluida una “campaña de influencia encubierta de varios frentes” por parte de Irán, destinada a socavar a Trump.
Funcionarios de inteligencia dijeron que también vieron esfuerzos de Cuba, Venezuela y el grupo militante libanés Hezbolá para influir en las elecciones, aunque “en general, evaluamos que fueron de menor escala que los realizados por Rusia e Irán”.