En una entrevista con el diario El País publicada el 18 de noviembre pasado, dos semanas después de las elecciones presidenciales en EE.UU., el exmandatario Barack Obama se lamentaba de la gestión de Donald Trump, su sucesor. “Cuando finalizó mi segundo mandato, el país ocupaba una posición fuerte. Y luego ves cómo todo ese progreso se disipa sin que haya necesidad de ello. Sí, a veces es muy frustrante, sin duda”, expresó.
En este escenario, los retos que Joe Biden enfrenta en materia de política exterior no son menores. Así lo ha manifestado el diario The New York Times, que asegura que el nuevo inquilino en la Casa “hereda un panorama lleno de desafíos y mala voluntad” hacia EE.UU. en países hostiles al mantra de Trump, “America First”, su imprevisibilidad, su acogida a los líderes autócratas y su resistencia a la cooperación internacional.
De hecho, una encuesta realizada por el Pew Research Center en 13 países reveló en septiembre pasado que la imagen favorable hacia EE.UU. era de solo 34% en promedio. Y en muchas de las naciones consultadas este índice era el más bajo desde que este think tank empezó a realizar encuestas sobre el tema, hace casi dos décadas.
Y las razones están a la vista. Mientras las relaciones entre EE.UU. y China son las peores desde que los países normalizaron sus lazos hace cuatro décadas, los aliados de Washington en Europa están alineados. A su vez, el tratado más importante contra la proliferación nuclear con Rusia está a punto de expirar, Irán acumula combustible nuclear enriquecido de nuevo, y Corea del Norte enarbola su arsenal atómico.
Las disputas sobre el comercio, el Mar de China Meridional, Hong Kong, Taiwán y la tecnología hicieron “metástasis durante el mandato de Trump, según sus críticos, agravadas por las declaraciones racistas del presidente de que China ha infectado al mundo con el coronavirus y que debe rendir cuentas”, apunta el Times. Con la guerra comercial iniciada por Trump, Biden deberá gestionar la competencia con China.
El enfoque del demócrata, creen muchos expertos, implicaría más cooperación en lugar de confrontación con Beijing, ya que las dos economías más grandes del mundo intentarían abordar problemas como la recesión global, el Covid-19 y el cambio climático.
Sin embargo, en su audiencia de confirmación en el Senado, Antony Blinken, futuro secretario de Estado de Biden, reconoció que Trump “tuvo razón” al tener una posición “más firme ante China”, si bien criticó los métodos del mandatario saliente. “El principio básico era correcto”, dijo sobre la firmeza mostrada por Trump ante Beijing. “Podemos ganar la competencia con China (...). Debemos enfrentar a China desde una posición de fortaleza, no de debilidad (...). Podemos revitalizar nuestras alianzas fundamentales”, señaló Blinken. “Juntos, estamos en una posición mucho mejor para contrarrestar las amenazas planteadas por Rusia, Irán y Corea del Norte y defender la democracia y los DD.HH.”, agregó.
Aunque las relaciones con Rusia fueron tensas durante su mandato, el propio Trump evitó criticar directamente al Presidente Vladimir Putin, y no quiso condenar claramente sus acciones en el caso del líder opositor Alexei Navalny o la presunta interferencia rusa en las presidenciales de 2016.
En una fecha límite inminente que pondrá a prueba su firmeza y capacidad de diálogo, el dúo Biden-Blinken tiene hasta el 5 de febrero para extender el tratado clave de desarme nuclear New START con Rusia. “Intentaremos prolongarlo”, dijo Blinken. “Rusia y su presidente están a favor de preservar este acuerdo (...) Si nuestros colegas estadounidenses demuestran de hecho una voluntad política de preservar este pacto ampliándolo, esto sólo puede ser acogido con satisfacción”, respondió Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin.
Relación con la UE
Biden ha fijado entre sus prioridades restablecer la imagen de Washington en el mundo, lo que incluye recomponer las relaciones con los aliados tradicionales de la Unión Europea, que están deterioradas porque Trump siempre acusó a los europeos de perjudicar a EE.UU. en el comercio y en materia defensa de no contribuir en los montos debidos en la OTAN. Por ello, entre los puntos de acercamiento con las naciones europeas está el anuncio de Biden de que retornará al Acuerdo de París contra el cambio climático y a la OMS, de los que Trump retiró a EE.UU. Los países de la UE también esperan que Biden vuelva a incluir a su país en el acuerdo de 2015 sobre el programa nuclear iraní, al cual Trump cerró la puerta por considerarlo insuficiente. Biden “cree que si Irán vuelve a cumplir (el acuerdo), nosotros también”, señaló Blinken, quien prometió “buscar un acuerdo más fuerte y duradero”. Según un sondeo del Pew Research Center, grandes mayorías en Alemania (79%), Francia (72%) y Reino Unido (65%) dicen que tienen confianza en que Biden hará lo correcto en los asuntos mundiales.
En otras materias internacionales, Blinken dijo que EE.UU. propiciará “la solución de dos Estados” para el conflicto palestino-israelí, aunque reconoció que no es una opción “realista” en el “corto plazo”. En todo caso, aclaró que se mantendrá el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel. El premier israelí Benjamin Netanyahu pidió a Biden “reforzar la alianza” bilateral.
En el caso de Venezuela, Blinken llamó “brutal dictador” al Presidente Nicolás Maduro, y dijo que apoyaba seguir reconociendo al líder opositor Juan Guaidó como autoridad legítima del país. En cuanto a Corea del Norte, el candidato a secretario de Estado promete “aumentar la presión” sobre Kim Jong Un. Según Blinken, Biden está “revisando opciones” sobre Pyongyang, que él llama un “problema difícil” que está “empeorando”.
En términos generales, explica a La Tercera David Livingston, analista senior de Eurasia Group, “podemos esperar un enfoque más metódico, mesurado y coherente de la política exterior bajo la administración Biden”. Por ello, cree que “estará marcada por un proceso de formación de políticas más deliberativas”.
A juicio de Livingston, “es probable que Biden no solo haga hincapié en trabajar más estrechamente con aliados tradicionales, sino que también se centrará más en el compromiso multilateral y el papel del multilateralismo para abordar varios desafíos mundiales, incluidos el clima, las pandemias y el crecimiento sostenible”. El experto destaca que otro tema importante “será el probable esfuerzo de la administración Biden por vincular su política exterior de manera más concreta con su agenda de política nacional”. “Hay una preocupación legítima entre algunos de que EE.UU. tendrá dificultades para predicar la libertad y la democracia en el extranjero si no puede reconciliarse con las tensiones democráticas en casa, y que no puede promover de manera sostenible el comercio mundial y el desarrollo económico si esto no anima también a clase media estadounidense”, advierte.
Por otra parte, ayer Avril Haines se convirtió en la primera persona del equipo de gobierno del Presidente Biden en ser confirmada por el Senado, que avaló su nominación como directora de Inteligencia Nacional. La exnúmero 2 de la CIA estará ahora a cargo de supervisar a esta agencia, a la NSA y a otros 15 organismos de inteligencia.