A solo cinco días de dejar el cargo, el presidente Joe Biden planeaba pronunciar su discurso de despedida al país el miércoles en la noche (a partir d las 22.00 horas de Chile), poniendo punto final a su carrera política de cinco décadas.
La Casa Blanca no reveló lo que Biden planeaba decir en su discurso, indicó The New York Times. Sin embargo, basándose en sus declaraciones de los últimos meses, el mandatario ha estado tratando de cimentar un legado como “presidente transformador que estabilizó la política interna al tiempo que fortaleció el liderazgo de Estados Unidos en el exterior, que sacó a la nación de una pandemia, hizo inversiones históricas en infraestructura y energía limpia y trabajó para fortalecer las instituciones democráticas tanto a nivel nacional como global”.
Su salida se produce en un contexto en el que deja el cargo siendo profundamente impopular y entrega el mando a Donald Trump, de quien ha señalado repetidamente que no es apto para ejercer el poder.
El mandatario, de 82 años, se marcha de Washington después de haber llegado a la escena política en 1972 como uno de los senadores más jóvenes del país. Después de 36 años en el Capitolio, se convirtió en vicepresidente del país cuando los estadounidenses eligieron a Barack Obama en 2008.
Luego, en 2020, Biden alcanzó la cima del poder político estadounidense cuando consiguió la nominación demócrata a la presidencia después de dos intentos fallidos previos y derrotó a Trump en las elecciones generales.
En una carta publicada el miércoles por la mañana, Biden reflexionó sobre dónde comenzó su administración a la sombra del Covid y el ataque del 6 de enero por parte de una turba pro-Trump al Capitolio de Estados Unidos.
“Me postulé a la presidencia porque creía que el alma de Estados Unidos estaba en juego. La naturaleza misma de quienes somos estaba en juego. Y eso sigue siendo así”, dijo al reflexionar sobre su tiempo en el cargo.
Biden se ha tomado el tiempo en las últimas semanas de su administración para intentar cimentar su legado.
“Me postulé a la presidencia porque creía que el alma de Estados Unidos estaba en juego. La naturaleza misma de quienes somos estaba en juego. Y eso sigue siendo así”.
Joe Biden, Presidente de Estados Unidos
El lunes, en declaraciones pronunciadas en el Departamento de Estado, Biden afirmó que Estados Unidos estaba mejor posicionado en el escenario mundial y con sus socios clave ahora que durante el primer mandato de Trump.
“Sin duda, en los próximos meses y años surgirá un nuevo desafío”, afirmó Biden. “Pero, aun así, está claro que mi administración le está dejando a la próxima administración una posición muy fuerte, y les estamos dejando a ellos y a Estados Unidos con más amigos y alianzas más fuertes, cuyos adversarios son más débiles y están bajo presión”.
Biden destacó específicamente el apoyo de su administración a Ucrania en medio de la invasión rusa y las medidas adoptadas para debilitar a Irán. También defendió la retirada de tropas de Afganistán, aunque el caos que acompañó la retirada ensombreció su presidencia.
El viernes pasado, después de cerrar su presidencia con otro informe de empleo positivo, Biden dijo que creía que estaba dejando atrás una economía “más fuerte que nunca”.
El político demócrata también habló sobre su legislación fundamental, a la que atribuye haber ayudado a la recuperación de la economía: el Plan de Rescate Estadounidense, un proyecto de ley de alivio del coronavirus que proporcionó cheques de estímulo a los estadounidenses y miles de millones en ayuda para las pequeñas empresas; la Ley de Reducción de la Inflación, una enorme ley sobre clima, salud e impuestos; y la Ley CHIPS, una ley multimillonaria para impulsar la fabricación nacional de chips de computadora.
Pero una inflación récord al principio de su mandato, sumada a las altas tasas de interés, contribuyó al profundo descontento económico que afectó su propia campaña de reelección y luego a la de la vicepresidenta Kamala Harris en su carrera por la Casa Blanca contra Trump.
Durante el evento se le preguntó a Biden si se arrepentía de su decisión de abandonar la carrera presidencial. “Creo que habría vencido a Trump, podría haber vencido a Trump y creo que Kamala podría haber vencido a Trump”, dijo el mandatario, añadiendo que la decisión de hacerse a un lado se tomó para ayudar a unificar al Partido Demócrata.
El Times indicó que incluso el lugar donde se pronunció el discurso, desde detrás del escritorio Resolute en la Oficina Oval, “es un recordatorio de que Biden no se marchará como hubiera querido”. Su último discurso en horario de máxima audiencia pronunciado allí fue el de 11 minutos que dedicó en julio a explicar por qué abandonó la carrera presidencial bajo presión de su propio partido, mientras aumentaban las dudas sobre su edad y su aptitud para otro mandato.
Desde que Biden abandonó la carrera y, especialmente, desde la victoria electoral de Trump en noviembre, el presidente ha tenido dificultades para mantener el protagonismo, dijo The New York Times.
“Los discursos de despedida son un desafío porque apuntan a ponerle punto final a una era en un momento en que la mayor parte del país ya pasó a la siguiente”, dijo al periódico, Robert Schlesinger, autor del libro White House Ghosts: Presidents and Their Speechwriters.
El discurso de despedida, una tradición que se remonta a George Washington, es uno de una serie de discursos que Biden está dando en sus últimos días en el cargo. Por turnos, ha destacado los logros nacionales, como su historial “histórico” de conservación, y ha argumentado que ha mejorado la posición de Estados Unidos en el mundo. Dará al menos dos discursos más esta semana, en los que se espera que continúe construyendo el argumento de que hizo un progreso extraordinario en un mandato.
Como una forma de moldear su legado, Biden está lanzando una serie de nuevas medidas, poniendo fin a investigaciones y emitiendo nuevas políticas. En muchos casos, dicen analistas y funcionarios, estas medidas beneficiarán al gobierno entrante de Trump, dándole nuevas herramientas de negociación contra China, Rusia y otros.
En menos de una semana, la Casa Blanca de Biden sancionó a productores de petróleo y barcos rusos, restringió las exportaciones de chips semiconductores, encontró injustas las prácticas de construcción naval chinas, cedió tierras federales para centros de inteligencia artificial y consolidó planes para prohibir efectivamente los vehículos chinos.
Con sus anuncios de último minuto, Biden está “tratando de dar forma a cómo lo recordará la historia”, comentó a Reuters Robert Rowland, profesor de la Universidad de Kansas que se especializa en retórica presidencial. Al hacerlo, “le está dando a Trump mucha influencia”, dijo, y agregó que Biden puede no estar ayudándose a sí mismo.
Si Biden quería pulir su legado, “debería haber hecho estas cosas hace un año. Ahora es demasiado tarde”, añadió Rowland. El mandatario tenía programado pronunciar su discurso de despedida desde la Oficina Oval el miércoles por la noche.
El equipo de Biden está preparando algunas medidas casi finales que Trump podría usar para cumplir las promesas de campaña que ayudaron a los republicanos a vencer a los demócratas en todos los estados en disputa en las elecciones estadounidenses, dijeron estrategas políticos.