A casi una semana de asumir como Presidente de EE.UU., Joe Biden alista una serie de órdenes ejecutivas que buscan anular la herencia política de su antecesor, Donald Trump, pero que a su vez impulsan el lema del republicano, “America First”, mediante la ley Buy American -Ley de Compra de Productos Estadounidenses-, que priorizará a las empresas y productos nacionales para los contratos con el gobierno federal.

La de 1933, aún en vigor, busca ser un salvavidas para la economía estadounidense y recuperar millones de puestos de trabajos, que han desaparecido durante la pandemia. Se esperaba que Biden firmara ayer la orden ejecutiva que da prioridad a la compra de bienes producidos en EE.UU.

The Wall Street Journal señala que las nuevas políticas impulsadas por Biden incluirán endurecer las reglas de contratación pública con el objetivo de dificultar la compra de productos importados, revisar la definición de los productos fabricados en EE.UU., aumentar los requisitos de contenido local y asegurar un mejor acceso a la información a las pequeñas y medianas empresas para que tengan mayores posibilidades de lanzar ofertas por contratos gubernamentales.

Según la cadena NBC News, la iniciativa también reitera el apoyo de la administración Biden a la Ley Jones, que limita el envío marítimo extranjero entre puertos estadounidenses a los buques de fabricación del mismo país.

Con esta medida, Biden cumple una de sus mayores promesas de campaña, cuando presentó un plan de US $ 400 mil millones para proyectos que utilicen productos fabricados en EE.UU., como el acero y los equipos de protección para los trabajadores sanitarios.

Tras la victoria en las elecciones, Biden también aseguró que el gobierno federal optará por la compra de automóviles producidos en el país, pero algunas empresas locales evidenciaron su preocupación, ya que ante las normas restrictivas se podría generar un alza de los costos en piezas fabricadas fuera de EE.UU.

Sin embargo, el decreto generó una “crispación” entre sus socios comerciales, especialmente con Canadá y algunos países de la Unión Europea (UE), debido a que limitará a sus empresas acceder a algunas licitaciones del gobierno estadounidense.

“Es evidente que si constatamos que la política Buy American trae prejuicios a nuestro comercio, lo haremos saber. El Presidente Biden indicó que estaba dispuesto a escucharnos siempre que tengamos inquietudes”, advirtió este lunes el ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Marc Garneau.

Las órdenes que Biden firmará esta semana se basan en las 30 acciones ejecutivas que informó en los primeros tres días en el cargo, como la paralización en el financiamiento de la construcción del muro fronterizo entre México y EE.UU., la obligatoriedad del uso de mascarilla, el regreso al Acuerdo Climático de París y la eliminación del veto de viajes a países de Medio Oriente.

Una de las acciones más celebradas de la nueva administración de Biden se dio ayer, cuando el mandatario demócrata revirtió la polémica prohibición de ingreso de personas transgénero a las Fuerzas Armadas.

En 2016, Barack Obama permitió que las personas trans “sirvieran y recibieran atención médica para los géneros en transición”, pero, un año después, Trump rechazó su reclutamiento y lo informó mediante su cuenta de Twitter, cuando aseguró que los militares debían enfocarse en una “victoria” y no en “enormes costos médicos y la interrupción” de tener personal transgénero.