El Ejército estadounidense llevó a cabo un ataque “contra milicias apoyadas por Irán en Siria”, informó el Pentágono el jueves. El bombardeo destruyó “múltiples instalaciones localizadas en un punto de control fronterizo usado por varios grupos militantes apoyados por Irán”, explicó John Kirby, portavoz del Departamento de Defensa. Según CNN, estas instalaciones serían utilizadas como parte de una operación de contrabando de armas.

Kirby dijo que el Presidente Joe Biden había autorizado la acción en respuesta a ataques recientes contra personal estadounidense y de la coalición internacional en Irak. El funcionario describió la acción como una “respuesta militar proporcionada” que se tomó “junto con medidas diplomáticas”. “Al mismo tiempo, hemos actuado de una manera que apunta deliberadamente a desescalar la situación tanto en el este de Siria como en Irak”, señaló el funcionario.

Críticas

“Nos preocupa que el primer instinto del Presidente Biden cuando se trata de seguridad regional en Medio Oriente parece ser buscar opciones militares en lugar de diplomacia”, afirmó Ryan Costello, director del Consejo Nacional Iraní Estadounidense, que busca mejorar las relaciones entre Washington y Teherán.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, señaló que los ataques aéreos del jueves mataron a al menos 22 combatientes proiraníes, mientras que hirieron a muchos más y destruyeron camiones con municiones.

La decisión de Biden trajo críticas de su propio partido. El senador demócrata Tim Kaine dijo en un comunicado que “el pueblo estadounidense merece escuchar el fundamento de la administración para estos ataques y su justificación legal para actuar sin acudir al Congreso. La acción militar ofensiva sin la aprobación del Congreso no es constitucional en ausencia de circunstancias extraordinarias”.

“No hay absolutamente ninguna justificación para que un presidente autorice un ataque militar que no sea en defensa propia contra una amenaza inminente sin la autorización del Congreso. Necesitamos salir de Medio Oriente, no escalar”, señaló el representante demócrata de California Ro Khanna, advirtiendo que fue una decisión tomado bajo la “amplia y desactualizada” Ley de Autorización para el Uso de la Fuerza Militar (AUMF), que nació de la “guerra global contra el terrorismo” del expresidente estadounidense George W. Bush.

Acuerdo de 2015

Pero la acción bélica de Biden -la primera de su mandato- también tuvo apoyo bipartidario. “El ataque aéreo de hoy demuestra la determinación del Presidente Biden de evitar que Irán apunte al personal y aliados de EE.UU. con impunidad”, dijo el líder demócrata de la mayoría de la Cámara, Steny Hoyer.

Pat Toomey, senador republicano por Pennsylvania, aseguró que “el comandante en jefe tiene la responsabilidad de proteger a los estadounidenses en casa y en el extranjero”, afirmando que Biden “hizo bien en responder”.

Biden ha mostrado intenciones de mejorar las relaciones con Irán -dañadas durante la administración de Trump- y recuperar el acuerdo de 2015, en el que Teherán aceptó que expertos internacionales revisaran su programa nuclear.

Según expertos, tanto Biden como los líderes iraníes preferirían revivir el Plan de Acción Integral Conjunto, aunque el camino no ha sido fácil. Con el pacto, sería más fácil para EE.UU. evitar que Irán obtenga un arma nuclear. Por otro lado, Teherán necesita un alivio de las sanciones para acelerar la recuperación de su economía y mejorar la respuesta a la pandemia.

Teniendo en cuenta la complejidad de las negociaciones, Biden se ha rodeado de expertos en el tema. Su secretario de Estado, Antony Blinken, y su candidato a jefe de la CIA, Bill Burns, estuvieron involucrados en la creación del acuerdo original de 2015.

Según analistas, los ataques del jueves no son una amenaza para la diplomacia con Irán. Sin embargo, son una muestra de la imprevisibilidad característica de la región, y de cómo eso puede poner en peligro el diálogo.