La turba de trumpistas irrumpiendo la certificación de Joe Biden como el próximo Presidente de EE.UU. a dos semanas de su investidura fue una acción que el sucesor de Donald Trump no tenía en sus planes. Tampoco recibir el país con niveles de polarización aún más elevados que en noviembre, cuando ganó las elecciones, sin necesariamente arrasar.
El miércoles, el político demócrata se convertirá en el Presidente 46 del país y lo hará en uno de los ambientes más convulsionados de las últimas décadas. Hace casi dos semanas, el vicepresidente Mike Pence omitió el pedido de Trump de rechazar la validación de los votos que certificarían la victoria de Biden, lo que derivó en un violento asalto al Capitolio por parte de seguidores del Presidente. A raíz de esos hechos, la Cámara de Representantes aprobó el inicio de un juicio político contra Trump por “incitar a la insurrección”. Se transformó así en el primer mandatario de la historia sometido a dos impeachment en un solo período.
“Será la investidura más perturbada, sin duda, desde la Guerra Civil, cuando Abraham Lincoln era Presidente”, dijo a La Tercera Mark Carl Rom, profesor de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad de Georgetown.
Este clima de tensión obligará a Biden a cambiar sus prioridades y enfrentar nuevos desafíos no previstos durante su campaña. “Biden entrará en la Presidencia no sólo con su agenda, sino que tendrá que dividir el tiempo entre el impeachment y asegurar sus proyectos. Nunca ha habido una situación en la que un Presidente termine su período y no quiera irse”, afirma a La Tercera John Zogby, analista político y encuestador estadounidense.
¿Nuevas prioridades?
La campaña de Biden -en conjunto con su compañera de fórmula Kamala Harris-, se centró principalmente en la promesa de combatir la pandemia de manera más eficiente que Trump, estimular la economía golpeada por el Covid-19 y apaciguar los ánimos en un país donde la polarización crece cada día. En ese sentido, el jefe de gabinete entrante de Biden, Ron Klain, dijo el sábado que el nuevo mandatario planea cerca de una docena de medidas en su primer día en el cargo. Estas acciones ejecutivas incluyen volver a unirse a los acuerdos climáticos de París, revertir una prohibición de viajar para varios países de mayoría musulmana, extender una pausa en los pagos de préstamos estudiantiles federales, detener los desalojos y ejecuciones hipotecarias, así como exigir mascarillas en viajes interestatales y en propiedad federal.
Los expertos afirman que es poco probable que Biden cambie las prioridades propuestas en la campaña, pero que el tenso clima político generará obstáculos. “Atender la pandemia y la economía son prioridades de política pública tan urgentes que, a pesar de que lo que ha pasado en las últimas dos semanas, no las va a dejar de lado”, asegura Damarys Josefina Canache, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Illinois. La académica indica que la pronta vacunación y la estimulación económica serán los bastiones de Biden en sus primeros días de gobierno. “No solo es fundamental desarrollar un sistema para vacunar masivamente a la población, sino que también tratar de cuidar a un importante porcentaje de gente que por razones políticas no usa mascarilla”.
“Biden se apegará a sus principales prioridades, que serán ampliar la asistencia a las personas que han sido afectados por el coronavirus y asegurarse de que la vacuna se distribuya a más personas en menos tiempo”, asegura Zogby.
EE.UU. es uno de los países más golpeados por la pandemia, con más de 200.000 casos diarios la semana pasada, 24,3 millones de contagios y 405 mil fallecidos. El miércoles, el día en que Biden asuma, se cumplirá justo un año desde el primer caso de coronavirus confirmado en el país.
“Lo primero que tiene que hacer Biden es mantener la economía y el virus bajo control. La economía realmente se ha ralentizado, mucha gente está sin trabajo y se ha quedado sin compensación por desempleo. Hay largas filas de autos en los bancos de alimentos esperando para recoger comida gratis”, afirma Clyde Wilcox, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Georgetown. Precisamente, la semana pasada Biden dio a conocer un paquete de rescate de US$ 1,9 billones diseñado para estimular la economía hasta que la vacuna esté ampliamente disponible.
John J. Pitney Jr, profesor de política estadounidense en el Claremont McKenna College, agrega que los sucesos ocurridos durante los primeros días de enero obligarán a Biden a poner especial énfasis en seguridad. “A raíz de la toma del Capitolio, probablemente estará más centrado en la seguridad y el terrorismo interno”, afirma.
Extrema polarización
Durante su campaña, Biden prometió apaciguar los ánimos y disminuir la polarización que caracterizó la administración de Trump. Hoy, los expertos coinciden que esto será uno de sus mayores desafíos. “Va a encontrar desafiante el hecho de que hay un número sustancial de estadounidenses que no está dispuesto a someterse a su gobierno”, dijo a La Tercera William Allen, Decano Emérito y profesor de la escuela de Administración Pública de la Universidad Estatal de Michigan.
Un sondeo conocido en diciembre -realizado por las universidades de Northeastern, Harvard, Northwestern y Rutgers- señaló que el 39% de los votantes republicanos estima que Trump ganó los comicios. Solo el 67% de los votantes en general cree que Biden fue el vencedor.
La polarización se agudizó tras el impeachment contra Trump, que no solo dividió a los electores, sino que también al Partido Republicano. “La posición de los republicanos depende de cómo Trump se comporte esta semana. Si hay violencia en el país, puede que un grupo de republicanos decida actuar para condenar a Trump en el juicio”, afirma Canache.
“Normalmente nos referimos a los primeros 100 días de un Presidente como la luna de miel, el momento en que todos se besan y perdonan. Si pasas los primeros 14 días de esos días discutiendo, no se marca un buen precedente”, explica Wilcox. “El mayor desafío para Biden en sus primeros 100 días y para el resto de su mandato será tratar de encontrar una manera para que los demócratas y los republicanos puedan trabajar juntos. Si una gran proporción de los votantes republicanos cree que la elección fue ilegítima, será muy difícil conseguir que cooperen”, dice Rom.
Según los expertos, la cooperación entre demócratas y republicanos es fundamental para Biden por la composición actual del Congreso. La Cámara de Representantes seguirá controlada por los demócratas, que además tendrán el control relativo del Senado. En la Cámara Alta estarán 50 y 50 y será la vicepresidenta Harris quien dirima.
“Su mayor reto (de Biden) va a ser mantener un partido coherente. Necesita mantener juntos su centro y la izquierda”, afirma Allen.
Factor impeachment
Pero también está el factor impeachment. Esto, porque los demócratas pretenden elevar el caso al Senado una vez que Biden cumpla sus primeros 100 días en la Presidencia. Gaines asegura que el juicio político ralentizará y dividirá aún más al Congreso. “El Senado se detendrá, retrasando los votos de confirmación y cualquier otra nueva legislación”, asegura. El mismo Biden, preocupado por esta situación, instó al Senado dividir su tiempo y no enfocar todas sus energías en el juicio a Trump. “Espero que los líderes del Senado hallen la manera de tratar con sus responsabilidades constitucionales en cuanto a la impugnación y que al mismo tiempo trabajen en otros asuntos urgentes de esta nación”, dijo.
“Biden tiene un personaje, una personalidad. ‘El tío Joe’ es un tipo mayor, será respetado por ser un caballero”, afirma Zogby. “A pesar de tener estrecha mayoría en el Senado, la opinión pública está de su lado, la gente lo quiere. Puede hacer cosas que Trump nunca intentó hacer. Trump nunca trató de hablar con la gente más allá de su propia base. Biden tiene ahora la oportunidad de convencer incluso a algunos conservadores que están realmente enojados con Donald Trump y su presidencia”, dice.
“Creo que una vez que el Presidente Trump se vaya, mantendrá su apoyo sustancial, pero disminuirá mucho en comparación con el que tiene hoy. Ahora no tiene sus redes sociales, no vamos a verlo en la televisión todos los días, no vamos a seguir sus tuits. Se verá muy disminuido, sin importar lo que trate de hacer”, concluye Rom.