El Presidente estadounidense Joe Biden buscará este miércoles marcar los límites a su homólogo ruso Vladimir Putin, que ya llegó a Ginebra para participar en esta cumbre destinada a rebajar las tensiones entre ambos países y hallar algunos puntos de acuerdo.

Putin aterrizó en el avión presidencial ruso poco antes de las 12.30 (10.30 GMT) y se dirigió directamente al lugar del encuentro, la Villa La Grande, un magnífico edificio del siglo XVIII, ubicado en el corazón de la ciudad, con una vista impresionante del lago Lemán.

A su llegada, ambos presidentes se saludaron con un apretó de manos y dieron comienzo a la cumbre a las 13.00 (11.00 GMT), comenzando así las conversaciones, que deben durar entre cuatro y cinco horas.

Primero habrá un encuentro en formato reducido que incluye a Biden, Putin y los jefes de la diplomacia estadounidense y rusa, Antony Blinken y Serguéi Lavrov. Luego habrá una sesión de trabajo más amplia.

Biden, que llegó a Ginebra el martes procedente de Bruselas, donde participó en sendas cumbres de la OTAN y con sus aliados de la Unión Europea, adoptó un tono firme con relación a Putin, para dejar clara las diferencias con su errático predecesor Donald Trump.

El 46° presidente de Estados Unidos, en el cargo desde enero, prometió que dirá a Vladimir Putin cuáles son “las líneas rojas” que no debe franquear.

“No busco un conflicto con Rusia, pero responderemos si Rusia continúa sus actividades dañinas”, indicó el presidente estadounidense.

Aunque la Casa Blanca insistió en que no se debe esperar ningún avance espectacular, el presidente de 78 años sabe que en Ginebra tiene la oportunidad de pulir su imagen de excelente negociador.

En los últimos días los observadores recordaban la célebre cumbre en Ginebra entre los presidentes Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov en 1985, que marcó el comienzo del deshielo de la Guerra Fría.

“Siempre estoy listo”, declaró Biden al llegar a Ginebra al ser cuestionado sobre su estado de ánimo antes de este encuentro que concentra la atención del mundo.

Pero el presidente ruso también tiene una larga experiencia en materia de cumbres. Desde que llegó al poder a fines de 1999 ya se codeó con cuatro presidentes estadounidenses. Biden es el quinto.

Muchos expertos coinciden en que Putin ya logró lo que más deseaba: la celebración de la cumbre como muestra de la importancia de Rusia en el escenario mundial.

En una entrevista con la cadena NBC, Putin dijo esperar que el presidente demócrata se muestre menos impulsivo que su predecesor republicano. Pero aprovechó la ocasión para calificar a Donald Trump como un hombre “talentoso”.

“Libertad para Navalny”

El único punto de acuerdo entre la Casa Blanca y el Kremlin es que las relaciones entre ambos países están en su punto más bajo en décadas.

Los temas de controversia son numerosos y las discusiones prometen ser ásperas y difíciles, en particular sobre Ucrania y Bielorrusia.

Uno de los temas más sensibles es el de la desinformación en línea y los ataques informáticos.

Más allá del intento de interferencia en las elecciones de 2016 en beneficio de Donald Trump, los ciberataques masivos registrados recientemente contra empresas como SolarWinds, Colonial Pipeline y JBS y atribuidos a Moscú o a grupos de piratas informáticos radicados en Rusia, han molestado a Washington.

La ciudad está bajo estricta seguridad, pero un pequeño grupo de manifestantes quiso mostrar su apoyo a Aléxei Navalny, líder opositor ruso que está en prisión tras sobrevivir a un envenenamiento que él atribuye al Kremlin. Muchos coreaban “Una Rusia sin Putin”.

El martes, desde Bruselas, Joe Biden lanzó una clara advertencia a propósito del opositor ruso. La muerte de Navalny “sería una tragedia”, dijo Biden.

“Eso deterioraría las relaciones con el resto del mundo y conmigo”, advirtió.

El presidente de Suiza, Guy Parmelin, anfitrión de la cumbre, se mostró por su parte esperanzado.

“El mundo lleva 18 meses de una pandemia que golpeó terriblemente. La reunión de Ginebra representa una oportunidad para que los presidentes de Estados Unidos y Rusia infundan un poco más de optimismo, un poco más de esperanza en la política mundial”, dijo.