Los cerca de 2.000 migrantes evacuados estos últimos días de un campamento improvisado en la frontera entre Bielorrusia y Polonia pasaron por primera vez la noche en un centro de acogida, informó Bielorrusia este viernes.

Más de la mitad ya había pasado la noche anterior en este centro, mientras que el jueves por la noche cientos de migrantes que seguían acampando bajo temperaturas gélidas fueron trasladados al mismo edificio situado cerca de la frontera.

El traslado reduce las tensiones con las fuerzas polacas, que impiden el cruce de los migrantes. También tranquiliza a las organizaciones que habían mostrado su preocupación por el estado de salud de estas personas.

“Recibirán cerca de ocho toneladas de alimentos”, aseguró la agencia estatal Belta en su cuenta de Telegram, con fotos de migrantes durmiendo en sacos de dormir en el suelo de un hangar.

Miles de personas, principalmente de Oriente medio, han intentado entrar en la Unión Europea estas últimas semanas a través de Bielorrusia, país al que se le acusa de organizar deliberadamente la afluencia en reacción a las sanciones occidentales.

Bielorrusia aseguró el jueves que todavía había 7.000 migrantes en su territorio y propuso repatriar a 5.000 de ellos a sus países.

Según su presidencia, la canciller alemana Angela Merkel iba a negociar con la Unión Europea crear un “corredor humanitario” para llevar a los otros 2.000 a Alemania.

“Alemania no ha dado su acuerdo a esto”, desmintió posteriormente a AFP una fuente gubernamental en Berlín.

Bielorrusia, aislada en la escena internacional, intenta negociar directamente con los occidentales.

El traslado de los migrantes se da tras una semana de tensiones entre Bielorrusia y la Unión Europea, que teme otra crisis migratoria como la de 2015.

El jueves por la noche, 431 migrantes fueron repatriados a Irak, en su mayoría a Erbil, en el Kurdistán iraquí y a Bagdad, la capital.

Las oenegés dicen que al menos 11 migrantes han muerto desde que comenzó la crisis. Además, el Centro Polaco de Ayuda Internacional, un grupo humanitario, aseguró haber atendido el jueves a una pareja siria que decía haber perdido a su hijo de un año.