Estados Unidos va a China, y China irá a Europa. Este miércoles aterrizó en Shanghái el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, con una agenda cargada que terminará el viernes en Beijing, la capital china. Entre las cosas que tendrá que discutir con el canciller chino, Wang Yi, y probablemente con el Presidente, Xi Jinping, destaca el apoyo que China estaría dándole a Rusia en la guerra con Ucrania.
Según indicó The Wall Street Journal en las últimas horas, Blinken llegaría con una amenaza muy concreta a Beijing: la de excluir a los bancos chinos del sistema financiero mundial (SWIFT), en miras a persuadir a China para que no apoye la industria armamentística rusa de cara al conflicto con Ucrania. Aunque más tarde fuentes diplomáticas negaron a Reuters esta “opción nuclear”, las especulaciones muestran el estado de las relaciones entre las dos grandes potencias políticas y militares del planeta.
Pero la tabla a discutir entre ambos gobiernos no se limita a Rusia: desde los laboratorios de fentanilo hasta la comunicación militar, la situación en Taiwán, los encontrones comerciales entre ambos países y la discusión sobre TikTok, Washington y Beijing tienen desencuentros que no se solucionarán en estos tres días, pero en los que podrían ir bosquejando acuerdos.
Los primeros días serán tranquilos. Desde Shanghái, se espera que Blinken se encuentre con funcionarios locales y empresarios, para el viernes desplazarse a Beijing y discutir directamente con el canciller chino. Se trata de la segunda visita en un año que hace el secretario de Estado a China, esta vez con la guerra en Ucrania por un lado, y la guerra en Gaza por el otro, como telón de fondo.
Sobre la mesa también está, según indicó el Departamento de Estado norteamericano, “la cooperación en antinarcóticos, la comunicación entre militares, la inteligencia artificial y el fortalecimiento de los lazos entre pueblos”. Esta visita ocurre justo después de que el Senado norteamericano aprobara un proyecto de ley que obliga a ByteDance, la empresa china dueña de TikTok, a vender la aplicación en un plazo de nueve meses. De no hacer caso, la plataforma será prohibida en Estados Unidos, en lo que China consideró una “represión” y “táctica intimidatoria”.
Otro de los mensajes con los que llegaría Blinken a Beijing sería una moderación hacia Taiwán, que precisamente en mayo verá la asunción de un nuevo presidente. El Congreso norteamericano aprobó este fin de semana una ley que incluye financiamiento para la isla. En conversación con Reuters, un alto funcionario del Departamento de Estado aseguró que ambas partes deberían “evitar emprender acciones provocativas que puedan aumentar las tensiones y demostrar moderación”.
Mientras tanto, Xi Jinping ya prepara sus maletas para un curioso tour europeo, que de momento ha confirmado tres países: Hungría, Serbia y Francia. El líder, que solo salió de China cuatro veces en 2023, hará su primera visita a Europa desde la pandemia.
El encuentro entre Xi y su par francés Emmanuel Macron sería a principios de mayo, según indicó el medio Politico. El evento llegaría justo para el aniversario número 60 de las relaciones entre París y Beijing, en un contexto en que Xi busca reconstruir sus relaciones con la Unión Europea.
Diplomáticos franceses aseguraron a Politico que China estaría intentando persuadir a Europa para que permita a Rusia “sentarse en la mesa” en futuras conversaciones de paz en Ucrania. Esto, cuando se espera una reunión para junio en Suiza con líderes de la Unión Europea, Estados Unidos, la OTAN y Ucrania. Ese mensaje fue amplificado, indican estos diplomáticos, durante la gira europea del enviado especial chino para Asuntos Euroasiáticos, Li Hui, en abril. En el registro público, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino dijo que Li prometió “apoyar la convocatoria oportuna de una conferencia de paz con participación igualitaria de todas las partes”.
Un tema que también está tensando las relaciones entre Europa y China tiene que ver con la decisión del bloque de poner en una “lista negra” a las empresas chinas que tienen lazos con Rusia. Así mismo, la industria china de los autos eléctricos estaría entrando en una guerra comercial con la Unión Europea y sus regulaciones: el bloque acusa al Estado chino de estar subsidiando estas empresas.
Recientemente, París respaldó una investigación antisubsidios de la Comisión Europea sobre las importaciones de vehículos eléctricos chinos, cuyo dominio en el mercado del bloque amenaza a las empresas europeas. Francia también introdujo subsidios al consumidor para los vehículos eléctricos fabricados en Europa en diciembre pasado.
En respuesta, China lanzó una investigación antidumping sobre el brandy, una medida que se considera particularmente dirigida a Francia, que representa el 99,8% de todas las exportaciones de este licor de la Unión Europea, según datos de las aduanas chinas.
“Habrá un mensaje fuerte en lo que tiene que ver con el comercio. No sabemos muy bien cómo será el futuro después de las elecciones de noviembre en Estados Unidos, así que tenemos que avanzar en los temas que son prioridades para nosotros”, comentó a Reuters una fuente diplomática francesa.