El consejero delegado de Boeing, Dennis Muilenburg, reconoció en París que su compañía cometió un "error" en la gestión del problema técnico sufrido por la flota de los 737 MAX, paralizada en casi todo el mundo tras dos accidentes, informaron este domingo medios estadounidenses.
"Claramente cometimos un error en la implementación de los sistemas de alarma", concedió Muilenburg.
El directivo calificó de "momento decisivo" los accidentes de los vuelos 610 de Lion Air, en octubre de 2018, y 302 de Ethiopian, en marzo de 2019, que causaron casi 350 muertes, aparentemente causado por el software de control de vuelo conocido como MCAS.
En todo caso, Muilenburg se mostró convencido de que el gigante aeronáutico saldrá adelante de la actual crisis como una compañía "mejor y más fuerte" de lo que era antes.
El pasado 23 de mayo, la Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA), celebró una reunión en Texas con los reguladores de una treintena de países, que seguirán su propio calendario para decidir la vuelta a sus espacios aéreos del 737 MAX tras la eventual aprobación, en la que trataron detalles del proceso de recertificación.
Boeing tiene paralizadas las entregas del aparato a sus clientes pero sigue produciéndolo a un ritmo más lento, 42 unidades al mes, con la idea de acelerarlo a 57 mensuales una vez la flota vuelva a estar operativa en todo el mundo.
Algunas de las principales aerolíneas estadounidenses que trabajan con Boeing han cancelado los vuelos que tenían previstos con el 737 MAX de cara a la temporada alta de verano, lo que acarrea costes en interrupciones y reprogramaciones que la aeronáutica ya se ha mostrado dispuesta a compensar.
Muilenburg ha pedido repetidas disculpas a las víctimas de los dos siniestros, que causaron 346 muertes, y ha reiterado que la firma se toma en serio la seguridad de sus productos y que tiene como misión recuperar la confianza de clientes y pasajeros.