Han sido días de alta tensión en Bolivia. Desde que Jeanine Áñez asumió como Presidenta interina el martes, ha aprovechado su cargo para implementar medidas que la distancian de Evo Morales. Así, una de sus decisiones más polémicas fue introducir la Biblia como símbolo en actos oficiales. Bolivia es un Estado laico, por lo que la reposición de símbolos religiosos, como quedó en evidencia este viernes durante una ceremonia oficial, ha provocado debate.

Al ser requerida sobre este tema, Áñez respondió que Bolivia es "un país diverso", y que ella era "una mujer de Dios". En ese sentido, dijo que mientras ella esté en el Palacio Quemado, la Biblia está siempre presente. Además, decidió incorporar la bandera del oriente boliviano y la wiphala propia del altiplano y que había sido retirada por la policía de comisarías y edificios públicos.

Política exterior

Al mismo tiempo, la nueva canciller, Karen Longaric, anunció que Bolivia expulsará a todos los funcionarios de la embajada de Venezuela en La Paz, acusándolos de "violación de normas diplomáticas", tras un presunto "involucramiento" en asuntos internos del Estado. Esto se informó tras el reconocimiento, el jueves, por parte de Áñez a la figura de Juan Guaidó como "presidente encargado" de Venezuela. La ruptura de los lazos con Caracas supone un profundo quiebre con el modelo adoptado por Evo, quien cultivó buena parte del modelo chavista y cultivó una relación muy cercana con Venezuela.

Además, con el fin de regularizar su relación con Cuba, Longaric anunció también la salida de ciudadanos cubanos que se encontraban en territorio boliviano. "He tenido una larga conversación con el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, en términos muy respetuosos, muy amistosos, si se quiere. Ellos están retirando a partir de este viernes a 725 ciudadanos cubanos que cumplen funciones de colaboración en diferentes áreas", dijo la canciller boliviana.

Según los analistas, el gesto de Áñez confirma la ruptura total con la gestión de Evo Morales, ya que tanto Venezuela como Cuba eran sus dos mayores aliados.

En línea con esta medida, la canciller anunció que el gobierno interino decidió abandonar la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y estaría analizando también su salida de la Unión de Naciones Latinoamericanas (Unasur), dos bloques políticos fuertemente impulsados por Evo.

Bolivia tuvo un rol clave en la creación de ALBA, ideada por el fallecido Presidente venezolano Hugo Chávez. Evo Morales se sumó a ese bloque apenas llegó al poder en 2006. La Unasur, que según la canciller interina "ya no opera, ya no existe y no sirve", también fue impulsada por ambos líderes izquierdistas, pero hoy está debilitada tras la salida de varios países de la región.

Lo de este viernes fue un día de muchos anuncios, pero el gobierno no fue el único en manifestarse. Miles de campesinos e indígenas de distintas provincias han marchado los últimos días por La Paz, en protesta contra el gobierno de Jeanine Áñez. Los daños provocados por los fuertes disturbios que han ocurrido desde las elecciones del 20 de octubre han generado pérdidas por cerca de US$ 13 millones.

En Bolivia, la incógnita sobre si Evo volverá se mantenía, mientras sus seguidores se enfrentaban a la policía y protestaban contra el gobierno. Sin embargo, Áñez aseguró que si Morales desea volver a Bolivia, deberá "responder a la justicia" por cometer irregularidades en las elecciones de octubre.