"No fui invitada". Así de escueta, la enviada del líder opositor venezolano Juan Guaidó ante Brasil, María Teresa Belandria, reconoció que el gobierno de Jair Bolsonaro le retiró la invitación para que presente sus credenciales diplomáticas mañana martes junto a embajadores de otros siete países, en una medida que según la prensa local habría sido producida por presiones internas.
"Habrá otra oportunidad (...) El apoyo de Brasil sigue siendo fuerte, sólido y decisivo. Es simplemente una cuestión de protocolo", afirmó Belandria en entrevista con Reuters. Saliendo al paso del impasse, el portavoz de la presidencia brasileña, general Otávio Rêgo Barros, aclaró que "la recepción o no de las cartas de acreditación se evaluará en un momento más conveniente".
Aunque el vocero de Bolsonaro destacó que Belandria es la representante del "presidente legítimo" de Venezuela, la prensa brasileña resaltó que el mandatario brasileño tomó la decisión debido a presiones del sector militar.
Según Folha de S. Paulo, los militares brasileños evaluaron que la participación en la ceremonia diplomática de una opositora al régimen chavista sería una "provocación innecesaria" a Maduro, precisamente en momentos en que los generales locales han logrado reducir la tensión entre los dos países. La frontera entre las ciudades de Pacaraima (en Roraima) y Santa Elena de Uairén (en Venezuela), que quedó cerrada por casi tres meses, fue reabierta a principios de mayo.
Además, destaca el periódico, Brasilia también retomó en las últimas semanas las negociaciones con emisarios de Maduro para que Venezuela vuelva a vender energía eléctrica a Roraima, el único estado brasileño que depende de la importación de electricidad.
Junto con las cuestiones prácticas, existiría un cálculo político detrás del veto a Belandria, reseña Folha: la estimación de que el levantamiento militar dirigido por Guaidó el 30 de abril no tuvo éxito y debilitó su posición. Aunque los consejeros militares de Bolsonaro desean un cambio de gobierno en Venezuela, ellos consideran que, al menos en el corto plazo, lo más probable es que Maduro continúe en el poder. Siendo así, dicen, el país necesita preservar alguna interlocución con los chavistas. Maduro mantiene un representante en Brasilia, el diplomático Freddy Efrain.
La opinión sobre el delicado momento en que se encuentra Guaidó fue manifestada por el ministro del Gabinete de Seguridad Institucional, general Augusto Heleno. El exjefe de la Fuerza de Paz de la ONU en Haití dijo que el apoyo de las Fuerzas Armadas venezolanas al presidente autoproclamado no alcanza "los altos niveles" y que "no hay una expectativa de solución a corto plazo", reseñó el periódico paulista.
"Sí, ha habido un cambio en relación a Venezuela y Guaidó. Me parece que el gobierno de Bolsonaro se dio cuenta de que fue un poco precipitado en reconocer al gobierno de Guaidó en enero. Lo que ha sido determinante es que seguramente hay un poco de frustración del gobierno de Bolsonaro en cuanto a la posición de Guaidó. Es decir, después de cuatro meses que se declarara presidente encargado no ha conseguido controlar absolutamente nada en Venezuela", comenta a La Tercera Paulo Afonso Velasco Júnior, cientista político de la Universidad del Estado de Río de Janeiro
"La decisión de no entregar las credenciales a la embajadora de Guaidó fue una determinación de los militares del gobierno de Bolsonaro, enfrentados desde el principio con la Cancillería. Pero el diálogo que los militares brasileños pretenden no es precisamente con Maduro sino con los militares venezolanos, para intentar convencerlos de que abandonen a Maduro. O sea, sigue la búsqueda de alejar a Maduro, pero el fracaso de los intentos por derribarlo y el inicio del diálogo en Oslo entre las dos partes llevaron a una, digamos, moderación en el empuje intervencionista del canciller" Ernesto Araújo, explica a La Tercera el columnista de Folha, Clóvis Rossi.
Según O Globo, que cita fuentes diplomáticas de la región, la decisión de Brasilia de retirar la invitación a Belandria causó malestar entre gobiernos del Grupo de Lima, principalmente Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, la evaluación de Brasil apunta en otra dirección. Fuentes cercanas al tema citadas por el diario carioca aseguran que la administración de Bolsonaro ya no trabaja con la perspectiva de una solución a corto plazo para el impasse político en el país vecino. La evaluación es que la recién iniciada mediación de Noruega por un entendimiento entre las partes no funcionará.
"No podemos levantar polvo en este momento oficializando a Belandria como embajadora. Eso sería romper definitivamente con Caracas", dijo un miembro del gobierno brasileño. En la misma línea, el ministro de la Secretaría de Gobierno, general retirado Carlos Alberto dos Santos Cruz, admitió recientemente que es necesario tener "paciencia" en relación a Venezuela y un eventual cambio de gobierno.