Cumpliendo con una de sus mayores promesas de campaña, Jair Bolsonaro y su ministro de Economía, Paulo Guedes, llegaron este miércoles hasta el Congreso brasileño para entregar personalmente el proyecto de reforma al sistema previsional, considerada fundamental para su gestión.
Uno de los puntos clave del proyecto, que fue ideado por Guedes -que pasó por Chicago y la Universidad de Chile-establece una edad mínima para acceder a la jubilación, un requisito actualmente inexistente en Brasil, y que pasaría de 62 años para las mujeres y 65 años para los hombres. Según la actual legislación, las mujeres pueden jubilarse con 30 años de cotización y los hombres con 35, lo que permite que existan personas que se retiren con 50 años de edad.
Según proyecciones oficiales, en 2018, un 9,2% de los 209 millones de brasileños tenía más de 65 años. En 2060, serán el 25,5%.
El gobierno señaló, según el diario Folha de Sao Paulo, que la medida regirá para todos los sectores públicos y privados. "Uno de los problemas de Brasil (...), es que hay gente que se jubila con poco más de 50 años de edad y menos aún, en ciertas categorías, como los policías y los profesores", dijo el economista Marcel Balassiano, de la Fundación Getúlio Vargas (FGV), citado por France Presse.
De acuerdo con los cálculos del gobierno, el sistema ha entrado en "colapso". De hecho, Bolsonaro advirtió que, sin un nuevo régimen de jubilaciones, "Brasil quebrará en 2022 o 2023".
En el proyecto presentado por Bolsonaro al Congreso, el cálculo del ministerio de Economía establece que las nuevas normas permitirán al Estado un ahorro por concepto de jubilaciones equivalente a un billón de reales (unos US$ 265.000 millones) en una década.
La propuesta también incluye la creación de un nuevo sistema de capitalización individual, que sería optativo para quien ya está en el mercado laboral y el que se pretende que, tras una transición de 12 años, sea adoptado por los nuevos trabajadores.
El proyecto presentado por el gobierno enfrenta resistencia en los sindicatos, que han anunciado protestas contra lo que consideran un "atentado" contra los "derechos adquiridos". La propuesta comenzará a ser debatida la próxima semana en la Cámara de Diputados, en la que deberá ser analizada en al menos tres comisiones antes de llegar al pleno, para luego continuar su trámite en el Senado.
Bolsonaro dispone en principio de una mayoría constituida por las bancadas de varios partidos para aprobar esta reforma constitucional
Un análisis realizado por OGlobo señala que la propuesta es más dura que la presentada por Michel Temer, en al menos un punto, que es el tratamiento a la elite, que recibe los sueldos más altos y se jubila antes.