Historiadora y antropóloga, Lilia Schwarcz es considerada una de las intelectuales más respetadas de Brasil. Profesora de la Universidad de Sao Paulo y cofundadora de la editorial Companhia das Letras, es autora, entre otros libros, de Brasil: una biografía (2015), el que coescribió con la historiadora y cientista política Heloisa Murgel Starling.
Antes de tomar un vuelo a Buenos Aires, Schwarcz se dio tiempo para entregar a La Tercera su visión del complejo escenario abierto tras las elecciones presidenciales.
-Varios analistas reiteran que uno de los riesgos con Bolsonaro es que no se sabe lo que piensa. ¿Es así? ¿Existe una idea de cuáles serían sus prioridades?
-Bolsonaro y su "comité de estrategia" no tienen proyectos a favor; sólo contra. Contra la inseguridad, contra la corrupción, contra la violencia. Pero no hay propuestas para la salud, y en lo que se refiere a la educación, el plan es la enseñanza a distancia, con la justificación que es más barata y será contra el marxismo (sic). Las prioridades de él son el armamento, una nueva Constitución (escrita por candidatos no elegidos) y punto. No hay de hecho un proyecto de gobierno. Su campaña fue hecha sobre la base de las fake news, y de mucha promesa imposible de cumplir.
-Hasta antes de que la justicia electoral inhabilitara su candidatura, Lula tenía un 39% de apoyo. Haddad, sin embargo, obtuvo 10 puntos menos en la primera vuelta. ¿Esto se debe a un problema con las características personales del candidato o la respuesta al anti-petismo?
-Yo diría que Lula demoró demasiado para "hacer" a su candidato. Con eso Haddad tuvo muy poco tiempo para afirmar su imagen nacionalmente. Es cierto también que cuanto más Haddad se consolidaba en la segunda posición más crecía su rechazo, sobre todo marcado por el anti-petismo. Todo este ambiente no es nuevo. Desde el impeachment de la Presidenta Dilma, y luego con la radicalización de la Operación Lava Jato el ambiente ya venía mostrando una evidente polarización.
-Bolsonaro es un nostálgico de la dictadura y tiene como héroe al coronel Carlos Alberto Brillante Ustra, jefe de la agencia inteligencia de ese periodo. ¿Por qué casi la mitad del electorado pareció ignorar eso?
-Este tono "nostálgico" es una fantasía de un pasado que nunca existió. Un pasado ordenado, sin violencia y próspero. Nada de eso ocurrió. La dictadura entregó un Estado fallido y con una inflación galopante y fue absolutamente violenta: mató, torturó, hizo desaparecer cuerpos.