El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, felicitó el viernes a la policía por su actuación el jueves durante una operación en una favela de Río de Janeiro contra el crimen organizado y en la que murieron 18 personas.

Una mujer de 50 años, un policía militar y “16 criminales” perdieron la vida, detalló el portavoz de la Policía Civil de Brasil, Ivan Blaz.

Tras la operación, que ha sido una de las más mortíferas registradas en esa ciudad, la policía ha recibido críticas de los familiares de la mujer muerta por un “uso desproporcionado” de la fuerza.

Sin embargo, Bolsonaro se ha negado a ofrecer solidaridad a las víctimas de la operación en complejo de favelas de Alemao, en el norte de la turística ciudad, y solo lamentó la muerte del agente policial, al que ha llamado “hermano paracaidista”.

“No voy a entrar en detalles sobre esta madre es inocente (...). Si voy a llamar por teléfono a todos los familiares de los que mueren cada día yo... Este hecho ha tenido repercusiones, es un paracaidista, es mi hermano y se acabó. Felicidades a la Policía Militar”, añadió.

Preguntado sobre si se solidarizaba con el resto de víctimas, Bolsonaro ha dicho: “Ustedes son solidarios con esta gente, ¿de acuerdo?”, expresó el mandatario brasileño.

Según la versión de los vecinos y testigos policiales, la “matanza” habría sido motivada como represalia por la muerte del agente policial, que habría perdido la vida al ser herido por un disparo al principio de la operación.

La Policía Civil de Brasil pretendía desarticular a un grupo de ladrones de vehículos que estaba “fuertemente armado”. El comandante del Batallón de Operaciones Policiales Especiales, Uirá Nascimento, ha sostenido que la operación “era necesaria”, ya que datos de inteligencia indicaban que la banda podía moverse y cometer acciones delictivas en la ciudad, como invadir otras favelas y robar bancos.

La intervención del jueves es una de las más letales en la turística ciudad. El operativo más mortífero del estado de Río de Janeiro tuvo lugar en mayo de 2021, en la favela de Jacarezinho, en la que murieron 28 personas, incluido un policía civil.