"Si Dios quiere, hoy lo liquidamos". A su llegada a las 8:55 a su lugar de votación, una escuela en la Vila Militar, en la zona oeste de Río de Janeiro, Jair Bolsonaro se mostraba confiado. Tanto que el 28 de octubre -la fecha fijada para el balotaje- el ultraderechista candidato del Partido Social Liberal (PSL) dijo que tenía planificado "ir a la playa", sugiriendo así que no descartaba convertirse en Presidente en la primera vuelta. Y estuvo cerca. Confirmando el favoritismo que le daban las encuestas, el excapitán de Ejército se impuso por amplia mayoría, pero no lo suficiente como para evitar medirse a fin de mes con el otro protagonista de estos polarizados comicios presidenciales en Brasil: Fernando Haddad, el abanderado del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).
Escrutado el 99,9% de las urnas, Bolsonaro obtenía el 46,05% de las preferencias (equivalentes a 49,2 millones de votos), quedando a poco de alcanzar la codiciada marca del 50%, con la que hubiera evitado la segunda vuelta.
Mucho más atrás, Haddad contabilizaba el 29,2% (31,2 millones de votos). Detrás de él se ubicaban Ciro Gomes, del PDT, con el 12,4%; Geraldo Alckmin, del PSDB (4,7%); João Amoêdo, de NOVO (2,5%); Cabo Daciolo, de PATRI (1%); Henrique Meirelles, del MDB (1%), y, en una de las sorpresas de la jornada, la ecologista Marina Silva, de REDE, apenas obtuvo el 1%.
La onda bolsonarista que arrasó en 17 estados y en el DF, encontró resistencia en el Nordeste, que se confirmó como el último bastión del PT. De hecho, esa región históricamente petista garantizó la segunda vuelta.
Según los analistas, el resultado quiebra la polarización entre el PT y los socialdemócratas del PSDB en las elecciones presidenciales. Pese a comenzar como favorito, Bolsonaro deberá exponerse, cosa que no ocurrió en la primera vuelta tras ser apuñalado a comienzos de septiembre. Así, el candidato del PSL tendrá que decir qué hará si es elegido.
Aunque Bolsonaro tiene a su favor el antipetismo, deberá enfrentar a los otros candidatos que ya dijeron que en ningún caso lo apoyarán, como Ciro Gomes.
Haddad, por su parte, llamó a la "unidad de Brasil" y deberá apelar al voto anti Bolsonaro y al discurso de "democracia versus dictadura". Pero no la tiene fácil, ya que ni siquiera logró captar el respaldo electoral que tenía Lula, cercano al 40%. Para hoy lunes se espera que Haddad visite al expresidente en la cárcel en Curitiba.
A su vez, en un mensaje a sus seguidores a través de Facebook, Bolsonaro prometió que si es Presidente privatizará a Brasil , lanzó dardos contra "el comunismo y el socialismo" y que "las personas de bien no quieren un régimen como el de Venezuela".
Cambios en Brasil
"Antes yo votaba por el PSDB, pero me cansé de la corrupción. El pueblo brasileño necesita una nueva esperanza, por eso voté Bolsonaro", dijo a La Tercera Valdemir Francisco, chofer de Uber en Sao Paulo, para quien Haddad no representa ninguna alternativa.
Una opinión diametralmente opuesta a la de la empresaria Gisele Longo, quien hoy sí votó por el petista. "Creo que Haddad es el más preparado para ser Presidente porque es un candidato nuevo, bien educado y con buenas ideas. Creo que devolverá la dignidad a nuestro pueblo", comentó a este medio.
Y la polarización del electorado era visible en el lugar mismo donde votó Haddad: la Brazilian International School, situada en Moema, en la zona sur de Sao Paulo. Al arribo del candidato del PT, moradores de los edificios vecinos a la escuela hicieron un cacerolazo y gritaron el nombre de Bolsonaro. "Golpeen la olla, pero quien salva al pueblo de la miseria es el PT", respondieron adherentes de Haddad en el lugar, que lucían poleras con la cara de Lula y agitaban banderas del partido.
Y es que esta polarización amenaza con agravarse de cara al balotaje. Así, al menos, lo dejó ver el presidente del PSL, el abogado Gustavo Bebbiano, quien dijo que la estrategia bolsonarista ya estaba preparada. Y no era precisamente conciliadora. "La confrontación va a ser directa. Con el PT no tenemos conversación", destacó. "Vamos con fuerza, no vamos a tener piedad con los errores y los males del PT", aseguró Bebbiano, quien acusó al PT de haber sido "desleales".
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