La presidenta de Perú, Dina Boluarte, dijo este martes que su país está en proceso de “pacificación” tras las letales protestas —que pedían su renuncia y de todo el Parlamento— ocurridas después del inicio de su gobierno que dejaron más de 60 muertos, la mayoría civiles e incluso algunos menores de edad.
En su primer viaje como mandataria a Nueva York para asistir a la Asamblea General de Naciones Unidas, la primera presidenta mujer del país sudamericano alegó de forma breve a la prensa que “tuvimos que pararnos firmemente en defensa de la democracia, en el respeto al Estado de derecho” en Perú.
Las fuerzas de seguridad reprimieron a los manifestantes deteniendo momentáneamente a cientos, usando bombas lacrimógenas, perdigones y también armas de fuego. Conteos oficiales indican que hubo 67 muertos y más de 1.900 heridos.
Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos mostraron su preocupación por uso excesivo de la fuerza pública y mencionaron las violaciones de derechos humanos.
Boluarte, abogada de 61 años, asumió el poder el 7 de diciembre de 2022 en reemplazo del destituido presidente Pedro Castillo, quien fue encarcelado tras intentar disolver el Congreso y gobernar por decreto como una forma de evitar una votación en su contra para su remoción.
En respuesta a la destitución de Castillo, miles de peruanos —sobre todo los más pobres, de los sectores rurales y de lengua quechua en los Andes del Sur— salieron a protestar entre diciembre y marzo. Las marchas llegaron a Lima en enero.