Al menos 33 personas murieron y otras nueve resultaron heridas tras el bombardeo ruso que tuvo lugar el pasado sábado en la ciudad ucraniana de Chasovoy Yar, en la región de Jersón, en el sur de Ucrania, mientras continúan los ataques con proyectiles contra el este del país.

Así lo ha confirmado el Servicio Estatal de Emergencia de Ucrania en una publicación en Facebook, detallando que entre los nuevos fallecidos se encuentra un menor de edad.

“A las 23.30 horas (hora local), se encontró el cuerpo de un niño muerto, nacido aproximadamente en 2013, en un edificio residencial de cinco pisos en la ciudad de Chasovoy Yar durante las operaciones de rescate de emergencia”, detallaron las autoridades ucranianas.

Asimismo, los servicios de emergencia han sacado a un total de nueve personas de entre los escombros, aunque no descartan que puedan encontrarse a más, por lo que continúan con las operaciones de rescate.

El proyectil impactó en una zona residencial de la ciudad, la más importante del noreste del país y situada cerca del Donbás, zona con presencia militar rusa.

El viernes las fuerzas rusas ya bombardearon tierras de cultivo, una granja avícola, un vertedero y zonas abiertas de la provincia de Járkov. Una mujer de 64 años tuvo que ser hospitalizada por metralla tras un impacto en Tsirkunivsk.

De hecho, un portavoz del gobierno militar de la región de Odesa, Serhii Bratchuk, aseguró que el Ejército ruso está destruyendo “intencionadamente” los cultivos en la región de Jersón con munición incendiaria e impidiendo que la población sofoque los fuegos que destruyen además graneros y material de cultivo.