Cientos de bomberos continuaron el miércoles luchando contra incendios forestales masivos en Grecia, uno de los cuales está activo desde hace nueve días en la isla de Eubea, lo que dejó a cientos de personas sin hogar y causó inmensos daños.
Con la ayuda de refuerzos extranjeros, los bomberos griegos siguen trabajando en la isla de Eubea y la península del Peloponeso (oeste), en un terreno muy difícil.
“Pienso que podemos decir” que estamos “tomando lentamente el control del frente de los incendios” en Eubea, dijo a la televisión ERT Yiannis Kontzias, alcalde de Istiaia, una ciudad de 7 mil habitantes ubicada en el norte de la isla.
“Ayer vimos la luz del sol por primera vez en días”, agregó, refiriéndose a las enormes nubes de humo que cubren la isla.
La situación era más precaria en la región montañosa de Gortynia, rica en densos bosques y profundos barrancos, en el Peloponeso.
Según Christos Lambropoulos, vicegobernador de la región de Arcadia situada en el Peloponeso, los socorristas están concentrando sus esfuerzos en evitar que el fuego llegue al monte Menale, coronado por un espeso bosque.
“Los pueblos no parecen estar en peligro en este momento (...) pero las condiciones cambian hora tras hora”, dijo a ERT.
Varios países, incluidos miembros de la Unión Europea (UE), enviaron refuerzos, entre ellos 21 aviones, 250 vehículos y más de 1.200 bomberos.
Algunas voces se han levantado para exigir la renuncia de altos funcionarios encargados de los servicios de emergencia, quienes en junio aseguraron que el país estaba bien preparado.
Había más recursos que antes, pero “enfrentamos una situación operativamente única, con 586 incendios en ocho días durante el peor fenómeno meteorológico en 40 años”, justificó este martes Nikos Hardalias, viceministro de Protección civil.
El primer ministro Kyriakos Mitsotakis pidió el lunes a los griegos perdón por los “posibles errores” del estado.
Además, la economía está devastada. “Perdimos el mes de agosto, que habría asegurado a la gente para el año que viene. (...) El turismo local se destruyó, la mayoría (de los visitantes) se fueron”, lamentó el alcalde Kontzias.