El primer ministro británico, Boris Johnson, mantuvo la noche del viernes una conversación con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en el marco de una ronda de contactos que incluye a líderes de Finlandia, Países Bajos y Reino Unido, en un aparente intento por desbloquear la posible ampliación de la OTAN.
Johnson ha compartido con su homólogo turco su “satisfacción” ante el papel de liderazgo de Ankara para abordar la crisis alimentaria mundial que esta semana ha estado en el punto de mira debido a una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el aumento del hambre y la falta de abastecimiento en países sin recursos ni financiación.
En este sentido, el premier británico ha subrayado a Erdogan la necesidad de “trabajar juntos” para asegurar “rutas de sumunistro vitales” de cara a mantener la producción y transporte de cereales provenientes de Ucrania, según un comunicado del número 10 de Downing Street.
Con respecto a la OTAN, Johnson ha reiterado la “amenaza” que representa Rusia para los vecinos europeos y ha enfatizado que tanto Finlandia como Suecia serían “valiosas” adiciones a la Alianza Atlántica. El primer ministro británico animó así a Turquía a “trabajar con sus homólogos suecos y finlandeses”.
De esta forma, indicó que Reino Unido “está listo” para apoyar a Turquía en este nuevo proceso de negociaciones para facilitar una solución, sobre todo de cara a la cumbre de la OTAN en Madrid, que podría ser “histórica” para Helsinki y Estocolmo, en palabras del propio ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares.
Erdogan también ha hablado este viernes con el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, y tiene también tiene conversaciones pendientes con autoridades de Finlandia. Asimismo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya confirmó el jueves que mantiene contacto con Turquía para este propósito.
Por otro lado, Johnson y Erdogan han dado la bienvenida a la asociación de defensa entre Turquía y Reino Unido, ya que el comercio entre ambas naciones, según ha precisado en un comunicado Londres, ha aumentado en 3.000 millones de libras esterlinas (3.547 millones de euros) en el último año.
De hecho, el presidente de la Agencia para la Industria de Defensa de Turquía, Ismail Demir, ha anunciado este viernes que Reino Unido ha levantado sus restricciones a las exportaciones militares turcas después de que Erdogan señalara que esta clase de limitaciones eran uno de los motivos que le impulsaban a vetar la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN.
Reino Unido suspendió en 2019 la emisión de licencias a Turquía para la exportación de armas que pudieran ser utilizadas en operaciones en Siria contra las Unidades de Protección Popular (YPG), que Ankara vincula a la organización del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), declarada por el Gobierno turco como una organización terrorista.
Este fin de semana, el ministro de Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusolgu, lamentó que estas restricciones internacionales eran prueba de los vínculos entre países de la OTAN con estos grupos -considerados imprescindibles por Estados Unidos en la lucha contra Estado Islámico-, en particular Suecia y Finlandia, a los que acusó de actuar como “casa de invitados” para simpatizantes de estas organizaciones.
El mandatario turco ha reiterado este mismo viernes estos recelos a la incorporación de finlandeses y suecos a la Alianza Atlántica, aludiendo de nuevo a la supuesta permisividad hacia “organizaciones terroristas” como el PKK y las YPG.
Según Erdogan, se autorizan manifestaciones de este tipo de grupos y se bloquean peticiones de extradición. En este sentido, subrayó que Turquía ya había expresado en varias ocasiones estas críticas en diversos foros y en reuniones bilaterales, pero se ha ofrecido de nuevo a brindar pruebas.