Ya sea por su pelo platinado, su sobrepeso, sus posturas euroescépticas o sus comentarios políticamente incorrectos, Boris Johnson -que este miércoles se convertirá en primer ministro de Reino Unido- suele ser comparado con Donald Trump. Incluso en 2016 lo confundieron con el mandatario estadounidense cuando "Bojo" caminaba por el Central Park. "Estaba genuinamente preocupado de que se convirtiera en Presidente. Estaba en Nueva York y algunos fotógrafos intentaban tomarme una foto. Entonces, una niña se me acercó y dijo: '¿Vaya, es ese Trump?'", contó en una entrevista al canal ITV. "Fue uno de mis peores momentos", agregó.

A partir de este miércoles, Trump será su "colega". Con él tendrá que negociar un pacto comercial cuando Reino Unido abandone la Unión Europea. Porque el Brexit -que debe concretarse el 31 de octubre- ocupará gran parte de la agenda del gobierno de Johnson. De hecho, una de sus primeras labores será intentar renegociar el acuerdo de salida de la UE.

Aunque la tarea se vislumbra difícil, Johnson, de 55 años, es optimista: "Ellos (Estados Unidos) fueron a la Luna hace 50 años. Seguramente, podremos resolver los asuntos logísticos de la frontera irlandesa (uno de los puntos controvertidos del acuerdo entre Londres y Bruselas, que no permitió la aprobación del texto)", escribió en su columna del lunes en The Telegraph.

Quienes lo conocen sostienen que el ex ministro de Exteriores británico, deslenguado y controvertido, ha cambiado respecto de 2016: está más delgado gracias al trote y la bicicleta, su pelo es más ordenado y corto, y ya no parece cansado todo el tiempo.

"Él es un poco como un bufón que le gusta tontear y tiende a ser libre. Su vida amorosa es ilustrativa. Sin embargo, él es encantador, así que la gente tiende a perdonarlo por sus defectos y además es muy inteligente", contó a La Tercera Nigel Cawthorne autor del libro Blond Ambition: The Rise and Rise of Boris Johnson.

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Boris Johnson, entonces alcalde de Londres, juega rugby con niños japoneses en Tokio. Foto: AFP[/caption]

"Masas de negritos"

En Londres se comenta que en las fiestas ahora bebe agua en lugar del alcohol y que cambió sus atracones de chorizos y quesos en la noche, por una vida vegana. Algunos señalan que esta transformación se debe a su novia Carrie Symonds, que es 24 años menor.

El diario The Guardian señaló que ahora Johnson está genuinamente entusiasmado sobre ser primer ministro. "Su discurso (del lanzamiento de su candidatura) fue casi pedestre, en comparación a su fanfarroneo demagógico. No hay presumidas referencias a Churchill o llamados para 'dejar rugir al león inglés'. Y su marca registrada de desordenada apariencia parece haber sido abandonada en favor de un impecable traje de sastre", señaló el periódico.

Son justamente sus comentarios inapropiados y ofensivos los que le han reportado duras críticas. Por ejemplo, durante sus años como alcalde de Londres (2008-2016), se refirió de la siguiente forma sobre los negros: "Se dice que la Reina ha llegado a amar a la Commonwealth, en parte porque le entrega masas de negritos que la saludan con banderas".

También calificó de caníbales a los habitantes de Papúa Nueva Guinea y criticó a Barack Obama por haber sacado de la Casa Blanca un busto de Winston Churchill.

"El rey del mundo"

En 1989, Johnson trabajaba como periodista en The Daily Telegraph cuando fue enviado como corresponsal a Bruselas. El entonces joven de 24 años conocía la ciudad al revés y al derecho, ya que su padre había trabajado en la Comisión Europea poco después de que Reino Unido ingresara al bloque en 1973, recordó la revista The New Yorker.

Seis meses después de trabajar en la capital belga, comenzó a describir a la Comunidad Europea como "burocráticamente loca". Sus reportes sobre los problemas del bloque comunitario causaron sensación e incluso se transformó en el periodista favorito de Margaret Thatcher. En 1991 escribió que la "Comisión Europea rechazó los planes de Italia para que los condones tengan una amplitud de 54 milímetros".

Johnson siempre soñó con ser primer ministro. Incluso cuando pequeño quería ser el "rey del mundo". Su vida en la política comenzó en la universidad en Oxford, donde mostró su faceta camaleónica. Fue elegido presidente del centro de alumnos por el Partido Social Demócrata, pero pronto se cambió a los conservadores.

En 2001 fue elegido parlamentario, aunque su fama llegó recién en mayo de 2008, cuando alcanzó la alcaldía de Londres, puesto que lo llevó a ser calificado como el "político más popular" en 2012, en medio del frenesí de los JJ.OO.

Aun así, en ese momento no creía que podía llegar al 10 de Downing Street. De hecho, en esa época decía que "tenía más opciones de reencarnarse como aceituna".

En 2015 ya habían indicios que respaldaría el Brexit, narra el periodista Tim Shipman en su libro All Out War. Incluso el equipo del entonces primer ministro David Cameron (2010-2016) lo cortejó sin éxito para que apoyara la opción de la permanencia en el bloque. A Johnson le molestaba el hecho de tener que pedirle permiso a la canciller alemana, Angela Merkel, en todo.

Pero Max Hasting, quien fue su jefe cuando trabajaba en el Telegraph, ha planteado que "él no es apto para el gobierno, porque parece que no le importa salvar su propia fama".

Aunque no todos piensan igual. "Creo que él es apto para ser primer ministro. Sus críticos están en lo cierto cuando dicen que puede ser muy poco confiable, él tiene una vida personal muy caótica. En el lado bueno, es que es impresionantemente inteligente. Cuando trabajé con él durante cinco años, sabía que estaba en la presencia de una mente que iba cinco veces más adelante que yo. La pregunta es si será un premier inteligente o caótico", dijo a La Tercera, Harry Mount, periodista británico, autor del libro The Wit and Wisdom of Boris Johnson.

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El exedil londinense, en una imagen de 2013. Es conocido por su carácter extrovertido. Foto. Reuters[/caption]

¿Un bufón?

Johnson, nacido en EE.UU., estudió en el exclusivo colegio Eton, al que también asiste la realeza británica. Y precisamente su juventud podría ser una pista de cómo podría comportarse siendo primer ministro.

Según cuenta la revista New Statesman, cuando salió del colegio en 1982, tenía una reputación de ser un artista y muy histriónico. De hecho, muchos recuerdan cómo hacía reír al público por su forma de pronunciar cuando recitaba Decline and Fall de Evelyn Waugh. "El teatro se venía abajo, incluso el rector se reía a carcajadas. Creo que desde ese momento Johnson se dio cuenta de que si te olvidas algunas líneas y continúas con aplomo, entonces estás listo", ha recordado un excompañero.