Autoridades brasileñas rescataron en agosto a 532 trabajadores sometidos a condiciones de esclavitud moderna, en la mayor operación conjunta de este tipo realizada en el país, dijo el martes la fiscalía de trabajo, en un momento en que el Gobierno busca acabar con las redes de trata de personas.
En Brasil, la esclavitud se define legalmente como trabajo forzado, pero también incluye la servidumbre por deudas, condiciones de trabajo denigrantes y largas jornadas que suponen riesgos para la salud.
En un comunicado, la fiscalía laboral informó que los rescates se produjeron sólo en el último mes, en redadas que implicaron más de 200 inspecciones en 22 estados, además de la capital, Brasilia.
La operación liberó a 26 niños y adolescentes, y al menos a 74 personas que también habían sido víctimas de trata.
Una inspección condujo al rescate de 97 trabajadores de una plantación de ajos en el sureste del estado de Minas Gerais.
“En el lugar de trabajo no había suficientes baños, un lugar para calentar la comida ni sillas para que los empleados se sentaran. Los trabajadores no tenían permiso de trabajo formal ni recibían equipos de protección”, según el comunicado.
Las Naciones Unidas concluyeron que las formas contemporáneas de esclavitud suelen afectar a poblaciones especialmente vulnerables que trabajan a la sombra de la ley, incluidas las que realizan trabajos ilícitos.
“La mayoría de los que sufren son los grupos sociales más pobres, vulnerables y marginados de la sociedad”, según una nota publicada en el sitio web del organismo multinacional.