Reino Unido enfrenta una pesadilla en cuanto a logística que podría significar retrasos y escasez de productos esenciales luego que el país complete su salida de la Unión Europea a comienzos del próximo año.

El 1 de enero, la libre circulación de productos a través del Canal de la Mancha finalizará por primera vez en medio siglo. Este cambio ha despertado temores sobre los severos atochamientos en los puertos y en las carreteras británicas, donde los funcionarios de aduanas inspeccionarán los camiones en medio de una seria carencia de personal que podría remecer las cadenas de suministro.

Cerca de 10 mil camiones cruzan el canal en los ferries diariamente, transportando la mitad de todos los productos entre Reino Unido y el continente mientras que decenas de embarcaciones diarias transportan mercancías principalmente entre Dover en el lado británico y los puertos franceses de Calais y Dunkerque. “El problema es que hay que detener las cosas”, dijo Richard Ballantyne, director ejecutivo de la Asociación Británica de Puertos. “Tanto el conductor como la carga requerirán documentación y, si se hace fila, se enfrentará inmediatamente a congestiones y retrasos”.

Los funcionarios en el puerto de Dover estiman que por cada dos minutos de retraso en cada camión que cruce, se creará un taco de 27 de kilómetros en la carretera M20 que conduce hacia el puerto. El gobierno británico ha asignado el equivalente a US$ 627 millones para construir infraestructura, entre lo que se incluye las aduanas y las instalaciones de retención en los puertos y el interior.

El trabajo está progresando lentamente en las nuevas instalaciones y la escasez de funcionarios de aduanas que se necesitan para testear las importaciones de productos frescos implica que los envíos que solían pasar rápidamente ahora podrían tardar horas o incluso días.

Las cadenas de supermercados no tienen lugares para un almacenamiento refrigerado, lo que genera temores de que gran parte de la carga se pudra.

“Tendremos que completar las declaraciones de aduana en el ferry y luego una aplicación nos dirá qué hacer a continuación”, dijo Thijs Van Dijk, un conductor holandés que traslada frutas frescas y flores de Dunkerque a Dover. “Conduzco hacia mercados abiertos, con la esperanza de que no haya tráfico para que la carga se mantenga fresca. Ahora puede que seamos retrasados durante horas. No podemos hacer negocios así”.

Los funcionarios británicos esperan que la aplicación llamada Servicio para la Circulación de Vehículos de Productos, que aún se está desarrollando, dirija a los camioneros a puntos de control específicos o les dé el visto bueno sin controles. Se están identificando nuevas instalaciones aduaneras y lugares de estacionamiento en las afueras de puertos como Dover, Portsmouth y Holyhead en Gales.

El trabajo se ha retrasado por las tortuosas negociaciones sobre un acuerdo comercial entre Reino Unido y Bruselas desde el referendo del Brexit en 2016 que entraría en vigor después de que el divorcio sea definitivo. Una pausa de un mes en el trabajo de infraestructura debido a los cierres impuestos por el Covid-19 ha obligado al gobierno de Reino Unido a retrasar la fecha de inicio de las aduanas y aranceles hasta julio, mientras que la UE comenzará a gravar las importaciones británicas a principios de enero.

Los atochamientos podrían afectar a más de 30 fabricantes de autos, entre los que se incluyen Honda Motor, Toyota Motor y Jaguar Land Rover, empresas que producen cerca de 1,8 millones de vehículos cada año en Reino Unido. Los fabricantes dependen de que lleguen piezas justo a tiempo de la UE, las que van directamente a las líneas de montaje. Algunos fabricantes están considerando el transporte aéreo para reemplazar los camiones, una solución que generaría grandes nuevos costos logísticos además de las tarifas de la UE que podrían elevar sustancialmente el precio de los vehículos de fabricación británica vendidos en Europa.

“Tememos que nuestra base de fabricación sea menos atractiva debido a los aranceles”, dijo Ballantyne. “Aún no pronosticamos grandes cambios en los volúmenes de carga, pero los operadores de carga revisarán sus opciones”.

Además de los posibles dolores de cabeza, al menos un cuarto de millón de pequeños importadores y exportadores de Reino Unido deberán completar declaraciones de aduana por primera vez, según la Oficina Nacional de Auditoría, que revisa el gasto público del Parlamento.

Muchas empresas están considerando estrategias para reducir el tiempo de posibles retrasos. Un plan es dejar los remolques cargados en los transbordadores en un lado del canal y hacer que los camioneros locales los recojan en el otro lado en lugar de que el mismo conductor lleve la carga hasta el final. Eso podría ahorrar tiempo, ya que los conductores no necesitarán revisar los pasaportes.

La Asociación Británica de Carga Internacional culpa al gobierno de Reino Unido por no proporcionar una hoja de ruta clara.

“Los proveedores de logística todavía están esperando tanta información del gobierno y están conmocionados por la falta de coherencia en las políticas, la planificación de sistemas y los procedimientos”, dijo el director general de BIFA, Robert Keen, a fines de septiembre. “BIFA hará lo que sea necesario, pero no empiecen a apuntarnos con el dedo cuando aún tenga que proporcionar las herramientas para hacer el trabajo”.